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Cascada de Xorroxin, una relajante joya natural en el Pirineo navarro

La cascada de Xorroxin, que da origen al río Baztan-Bidasoa, es una joya natural del Pirineo navarro. Su nombre es ya una declaración de intenciones: proviene del euskera: «zorrota» (chorro) y «osin» (poza).

Cascada de Xorroxin.
Cascada de Xorroxin.

Hay muchas rutas posibles, pero una de las más recomendadas y de fácil acceso es la ruta circular que comienza y finaliza en la localidad de Erratzu. Este recorrido es, en realidad, un trazado alternativo al tradicional, el quel accedía desde del barrio de Gorostapolo.

Esta salida es ideal para familias con niños y niñas, dada su baja dificultad; además, se encuentra convenientemente señalizado con balizas y marcas.

La mejor época para realizar la ruta es en primavera, ya que la cascada tiene un mayor caudal, aunque en otoño el colorido de sus bosques también ofrece una belleza singular. Eso sí, se recomienda utilizar siempre ropa y calzado adecuados, especialmente en épocas húmedas, ya que el suelo puede ser resbaladizo en algunas zonas.

La ruta se inicia en la misma entrada de Erratzu, que acoge un parking habilidato. Inicialmente, se tomará el señalizado “Camino Buztinaga”, que discurre entre callejuelas por la localidad de Erratzu. Una vez atravesado el puente Araneko zubia, se accede a un sendero empedrado que sigue la regata Iñarbegi.

Castaños, hayedos y praderas abiertas

Durante la primera parte del camino se alterna el característico entorno de castaños y hayedos del Baztan con praderas abiertas. Tratándose de una ruta circular, esta converge en un punto determinado con un desvío necesario para acceder hasta la cascada.

A medida que el sendero se adentra en la zona, la humedad del ambiente hace proliferar una vegetación característica de helechos reales, musgo y líquenes que hacen presagiar la cercanía de la cascada.

Ya en el último tramo, el rumor del salto de agua rompe el silencio del entorno y tan solo tendremos que rodear una primera pequeña cascada para alcanzar, finalmente, un inesperado claro donde poder disfrutar del idílico entorno de Xorrosin, de su cascada y de su poza.

El lugar invita al descanso y a remojarse en el agua helada, especialmente en verano. El paisaje evoca, inevitablemente, relatos mitológicos de lamias que acudían al lugar.
Para la vuelta, desharemos nuestros pasos hasta el desvío y podremos elegir si retornar por el mismo camino de la ida o bien tomar el sendero contrario para visitar el barrio de Gorostapolo, antes de llegar de nuevo al punto de partida.