La XIII edición de Gastronomika se ha despedido este miércoles en Donostia con la entrega de los premios del concurso de parrilla –el más longevo del congreso– y el de garbanzos, así como el reconocimiento Bar de Bares.

Manu Yegras, del restaurante Pura Brasa de Barcelona, ha vencido este miércoles en el concurso de parrilla, que en su XII edición también ha reconocido a Beef on Food como la mejor cárnica del certamen, y en el que había representación vizcaina, guipuzcoana y navarra.

Ocho finalistas han tratado de convencer a un jurado compuesto, entre otros, por los cocineros Pedro Subijana, Martin Berasategui o Amaya Ortuzar, que han valorado la calidad de la carne, la cocción, la textura y el sabor de la chuleta.

El local barcelonés se ha impuesto a siete oponentes, venidos de diferentes puntos del país: Asador Maktzeta (Arrazola), con carne Makro; Aldanondo Jatetxea (Donostia), con Goya; Saizar Sagardotegia (Usurbil), con Discarlux; Cocotte (Iruñea), con carne de la Cooperativa de Hostelería Navarra; Asador Iturrama (Iruñea), con carne Tamaco; Essentia (Tarancón, Cuenca), con El Encinar de Humienta, y Asador Casa Azofra (Burgos), con Artecarne.
Es la segunda vez en doce años que el título sale de Euskal Herria, ya que en la primera ocasión también se fue a Barcelona cuando en 2006 lo ganó Lomo Alto.

Un postre de garbanzos

Un postre a base de garbanzos elaborado por Sergio Gómez, de La Botica de Matapozuelos (Valladolid), se ha impuesto a siete guisos de corte más tradicional en el II Campeonato Nacional de Garbanzos Tierra de Sabor.

Mientras que el resto de concursantes recurrió al uso tradicional de esta legumbre en platos de cuchara salados, Gómez se salió de lo convencional en lo que ha querido ser «un guiño a la gente de los pueblos que en la posguerra usaba el garbanzo tostado como sustituto del café», ha explicado al recoger el premio.

Su postre está compuesto por una cuajada de garbanzo torrefacto, un velo de té de roca, galletas de mantequilla en forma de esta leguminosa y helado de trompetas de la muerte (setas).

Un siglo dedicado a la antxoa

Por su parte, el establecimiento Txepetxa ha recibido el reconocimiento a la labor desarrollada durante casi un siglo en la Parte Vieja donostiarra con el Premio Bar de Bares. El Txepetxa ha llegado ya a la tercera generación de una familia de hosteleros que han hecho de los pintxos de antxoa el mayor reclamo de la clientela.

Manu Marañón, su actual responsable, que tuvo como juguetes «las ollas y las cucharas», ha dicho que este premio ha sido «la guinda de la tarta» a otros reconocimientos que ha obtenido su local, como un solete de la Guía Repsol y una barandilla de oro por su pintxo de antxoa con crema de centolla.