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Histórica prueba para desviar un asteroide esta madrugada, ¿cómo se hará?

¿Si un asteroide viniera contra la Tierra, podríamos desviarlo? Esta madrugada se hará una histórica prueba para comprobar hasta qué punto es posible salvar el planeta de un riesgo que puede llegar a presentarse. Estas son las claves de la misión de la sonda DART.

Recreación de la sonda DART dirigiéndose hacia el asteroide contra el que se estrellará esta madrugada para desviarlo.
Recreación de la sonda DART dirigiéndose hacia el asteroide contra el que se estrellará esta madrugada para desviarlo. (NASA/AFP)

Esta próxima madrugada será escenario de una histórica prueba para desviar un asteroide con el objetivo de comprobar si sería posible salvar la Tierra de una situación de ese estilo. Eso es lo que intentará probar la sonda DART estrellándose contra uno.

El astrofísico catalán Josep Maria Trigo-Rodríguez, que forma parte del equipo científico de la misión, explica sus claves. DART es una «misión histórica que busca enseñarnos a desviar asteroides con un método relativamente sencillo y aplicable a asteroides de dimensiones que pensamos que podrían suponer un peligro a relativamente corto plazo», dice el investigador del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC y del Instituto de Estudios Espaciales de Catalunya (IEEC).

¿Qué es DART y qué va a pasar esta madrugada?

La misión de Prueba de redireccionamiento de un asteroide binario (DART), de la NASA y el Laboratorio Johns Hopkins, es un experimento a escala de un asteroide real.

Se pretende probar, de manera pionera, el método del impactador cinético sin carga explosiva, es decir, usar una sonda al estilo kamikaze para lanzarla contra un asteroide y tratar de cambiar ligeramente su órbita.

DART se lanzará a una velocidad de 6,6 kilómetros por segundo contra el asteroide Dimorphos, que orbita a otro llamado Didymos, con el que forma un sistema binario.

¿Por qué se ha elegido ese sistema de asteroides?

El sistema Didymos está formado por dos asteroides, por lo que tiene mayor interés científico y está catalogado como potencialmente peligroso.

Didymos tiene unos 780 metros de diámetro y a su alrededor gira el objetivo de esta misión, Dimorphos, de unos 160 metros. Un tamaño que posiblemente nos podamos encontrar algún día de frente.

Es imposible predecir si en 10, 100 o 200 años, pero obviamente en algún momento de la historia nos vamos a encontrar un asteroide de varias decenas de metros de diámetro en ruta de colisión directa.

De hecho, el 30 de junio de 1908 uno con un diámetro de solo unos 50 metros produjo la devastación de Tunguska (Rusia), arrasando más de 2.150 kilómetros cuadrados de taiga siberiana –por pocas horas no cayó sobre San Petersburgo–, cambiando para siempre nuestra visión del peligro de impacto con asteroides.

¿Este sistema de asteroides es una amenaza para la Tierra?

No, en absoluto. Aunque el sistema está clasificado de potencialmente peligroso, ninguno supone actualmente una amenaza.

En cuanto al impacto, en el caso enormemente hipotético de que Dimorphos se fragmentase en varias piezas, seguirían girando alrededor de Didymos, no se lanzarían grandes materiales fuera de la órbita del asteroide principal.

Además, todo ocurrirá a once millones de kilómetros de la Tierra. Este experimento no puede ser perjudicial para la Humanidad, al contrario, asegura el experto catalán.

¿Cómo es DART?

Se trata de una sonda de altas prestaciones de unos 550 kilos de peso. Es un sistema totalmente automatizado y desde su despegue estaba predeterminado que, en función de cartografiar el cielo con sus cámaras, pudiera buscar la ruta directa hacia el asteroide y hacer autocorrecciones.

¿Qué va a pasar con el impacto?

Al chocar contra la superficie de Dimorphos, DART excavará un cráter que eyectará rocas y polvo en dirección opuesta al proyectil. En función de lo preciso que sea, a mayor energía cinética, mayor impacto, mayor fragmentación de materiales, mayor transferencia del momento cinético y más eficiente será el desvío del asteroide.

El impacto y la zona del mismo podrán verse gracias al nanosatélite italiano LiciaCube, que hace unos días se separó de DART para observar todo el proceso, captar imágenes de la colisión y de la nube de materiales eyectados.

Dimorphos tiene una órbita alrededor de Didymos de 11 horas y 55 minutos; lo que se pretende es acortar ligeramente ese periodo orbital y poder cuantificar la diferencia.

Hasta el momento se sabe muy poco de Dimorphos, se desconoce su estructura interna y solo se tiene una idea de cuál puede ser su composición, por eso el resultado final está abierto.

¿Después de DART habrá otras misiones?

El año que viene partirá la misión Hera, de la Agencia Espacial Europea (ESA), para analizar en profundidad el cráter de impacto y el daño causado en Dimorphos.

Esto es importante para saber hasta qué punto para un objeto de 160 metros hace falta un proyectil menor o mayor. Además, aportará datos sobre la composición, estructura y naturaleza del sistema de asteroides.

¿Por qué es importante estar preparados?

DART es el tipo de método que podríamos poner en marcha para tener un papel más activo en defensa planetaria.

Se está hablando de volver a la Luna, de establecer una estación espacial permanente que orbite nuestro satélite –la llamada Lunar Gateway–, pero estamos descubriendo que pequeños asteroides, de entre 20 y 30 metros, pasan cada pocos meses entre la Tierra y la Luna. Y en algún momento puede haber uno que se vea en el último momento y que venga hacia nosotros.

DART ejemplifica el tipo de robots tecnológicos que podrían ser los encargados de un sistema paliativo de acción rápida desde una órbita cirumlunar, dado que todavía desconocemos más de la mitad de asteroides de menos de cien metros de diámetro. Hay muchas maneras de tener un papel activo en defensa planetaria, de no confiar tanto en la fortuna. Si se cuenta con un impactador cinético como DART en órbita y se detecta un asteroide, en tiempo récord puede ser lanzado hacia ese objeto y desviarlo.