Donostia

Ocho consejos para dejar de lado el vapeo

La sucesión de leyes antitabaco en el Estado español han propiciado que muchos fumadores hayan abandonado el hábito de fumar, pero la falsa creencia de que el vapeo no es perjudicial ha hecho que se haya multiplicado el uso del cigarrillo electrónico. He aquí ocho consejos para dejarlo.

En 2020 más de la mitad de los menores entre 14 y 18 años habían probado el vapeo.
En 2020 más de la mitad de los menores entre 14 y 18 años habían probado el vapeo. (Jimenez DIAZ | EUROPA PRESS)

2011 se estrenó con la prohibición de fumar en bares, lo cual suscitó un debate entre fumadores y no fumadores, y los hosteleros se las ingeniaron para adaptar sus locales con tal de agradar a todos. Fue entonces cuando los dispositivos para vapear –o fumar vapor– se pusieron de moda.

Algunos optaron por aromas de vapeo con sabor a tabaco y nicotina, mientras que otros elegían aparcar la nicotina con sabores frutales o mentolados. Bajo el pretexto de que vapear no es nocivo, lo cual no es cierto, algunos no fumadores se sumaron al carro.

La ley cambió, la prohibición de fumar en interiores fue total y también se aplicó a los vapeadores. Sin embargo, mucha gente ha seguido utilizando estos dispositivos que son mucho más versátiles que el tabaco. Aún así, con el nuevo año los buenos propósitos afloran, y los más populares suelen ser hacer deporte y dejar de fumar; ahora también dejar de vapear, al ser conscientes de sus riesgos.

«No existe base científica para decir que el cigarrillo electrónico es menos lesivo, por diferentes motivos. El primero es que hay muy pocos estudios específicos que valoren el daño de vapear; menos aún estudios a largo plazo, porque es un fenómeno relativamente reciente comparado con el consumo de tabaco», explica el experto en tabaquismo Antoni Baena, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Según estudios, «los principales componentes del cigarrillo electrónico son la nicotina, una sustancia altamente adictiva; sustancias facilitadoras de la vaporización, como el polietilenglicol y el glicerol o el propilenglicol; aditivos alimentarios (E-1520, E-422 y E-1520) de los que se desconocen los valores seguros tras ser calentados e inhalados, lo que produce formaldehídos, acetaldehídos y acroleínas, reconocidos cancerígenos y tóxicos pulmonares; más de 15.500 saborizantes que, al descomponerse térmicamente, generan aldehídos cancerígenos, y mentol, que, además de saborizante, suprime el reflejo de la tos».

Puerta al tabaquismo

La primera gran ley antitabaco del Estado español reguló su venta. Esta ha sido modificada varias veces a lo largo de los años, hasta 2024. Dado que la ley cada vez es menos permisiva y la sociedad más consciente de los daños del tabaquismo, la población fumadora se ha reducido paulatinamente, pero en el caso del uso del cigarrillo electrónico es diferente.

En el caso de los hombres, se pasó de un 31,6% de fumadores en 2006, año de la entrada en vigor de la primera ley antitabaco, a un 19,4% en 2020. Estas cifras conviven con las de consumidores de cigarrillos electrónicos. «Hay diferentes encuestas que se hacen periódicamente y que recogen el consumo de varias sustancias, entre ellas las de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes. En resumen, indican que, entre los estudiantes de entre 14 y 18 años, un 54,6% lo han consumido alguna vez. Entre los adultos, en Europa hay una prevalencia de uso diario del 2,4%, siendo el 52,6% un uso dual con el tabaco», explica Baena. En 2014, la cifra de jóvenes de entre 14 y 18 años que habían probado el cigarrillo electrónico era del 17%.

Muchos líquidos para vapear llevan nicotina, aunque no lo indiquen. (MAR&GEN / EUROPA PRESS)
Muchos líquidos para vapear llevan nicotina, aunque no lo indiquen. (MAR&GEN / EUROPA PRESS)

El cigarrillo electrónico se suele considerar una puerta de entrada al tabaquismo, y por eso el hecho de que el consumo entre los jóvenes haya aumentado se considera preocupante.

Ocho pasos, no hay atajos

Siendo consciente de lo nocivo que es tanto fumar como vapear, el profesor Baena recoge ocho pasos para que, quien quiera dejarlo, tenga éxito en el proceso. Asegura que para dejar de consumir tabaco o vapeadores no hay atajos ni remedio mágicos, solo métodos demostrados científicamente:

-Tener clara la motivación y el objetivo de dejarlo: mejorar la salud y evitar una adicción.

-Fijar una fecha para empezar y tirar todo lo que se tenga para fumar/vapear.

-Identificar los momentos, emociones y situaciones que favorecían el vapeo e, inicialmente, evitarlos hasta tenerlos controlados.

-Buscar ayuda de familiares y amigos, o de profesionales si fuera necesario.

-Consultar con un profesional de la salud sobre el uso de tratamientos de primera línea para el abandono del tabaco (farmacológicos y psicológicos).

-Romper rutinas y mantenerse ocupado y distraído.

-Hacer deporte para percatarse de las mejoras físicas que dejar de vapear o de fumar aportan a la salud.

-Felicitarse por el esfuerzo.

«Si se tuviesen que escoger solo cinco razones para dejar de vapear, la primera sería que vapear tiene un impacto directo, rápido y claro sobre la salud. La segunda es que muchos líquidos contienen nicotina, aunque no lo indiquen, ya que no siguen una regulación y control estrictos, con lo que claramente provocan adicción. La tercera razón es que se desconoce el impacto a largo plazo del uso de vapeadores, por lo que, cuanto antes se abandone, mejor. La cuarta razón es el impacto ecológico de los cigarrillos electrónicos, que es cada vez mayor, especialmente en el momento en el que han aparecido los desechables, productos que ya están siendo prohibidos en muchos países. Por último, no ayudan a dejar de fumar, solo favorecen el consumo dual», concluye el experto.