
La NASA, junto a las empresas Firefly Aerospace y SpaceX, ha lanzado este miércoles desde Florida la misión Blue Ghost 1, que está previsto llegará en 45 días a la Luna para explorarla a través de diez sofisticados instrumentos. Ello forma parte del programa Artemis, cuyo objetivo es establecer la presencia humana permanente en el satélite a finales de la presente década.
El módulo de aterrizaje de Firefly Aerospace, una empresa aeroespacial de Texas, a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, ha despegado sin problemas a la 01.11 hora local (06.11 GMT), tal y como estaba programado, desde el Centro Espacial Kennedy.
La misión, que tendrá una duración aproximada de 60 días, incluyendo el tránsito hacia la Luna y las operaciones en su superficie, se incluye dentro del programa Servicios Comerciales de Carga Lunar de la NASA. Esta iniciativa busca asociarse con empresas privadas para facilitar el envío de herramientas científicas y tecnológicas, en apoyo al programa Artemis.
Las cargas útiles de esta misión incluyen instrumentos diseñados para estudiar las propiedades del regolito lunar –los fragmentos de materiales depositados sobre la roca sólida–, las características geofísicas y la interacción entre el viento solar y la magnetosfera terrestre.
Según la NASA, los datos recopilados proporcionarán información esencial para futuras misiones tripuladas y no tripuladas, mejorando la comprensión del entorno lunar y facilitando el desarrollo de tecnologías para la exploración espacial.
Las investigaciones científicas en este vuelo tienen como objetivo probar y demostrar la tecnología de perforación del subsuelo lunar, las capacidades de recolección de muestras de regolito, las posibilidades del sistema global de navegación por satélite, la computación tolerante a la radiación y los métodos de mitigación del polvo lunar. Los datos capturados podrían beneficiar a los humanos en la Tierra al proporcionar información sobre cómo el clima espacial y otras fuerzas cósmicas afectan a la Tierra.
Instrumentos de última generación
Entre los instrumentos que se emplearán, están el Regolith Adherence Characterization (RAC), que evaluará cómo el polvo lunar se adhiere a diferentes materiales, información crucial para el diseño de futuros equipos y trajes espaciales.
También va a bordo el Lunar Environment Heliospheric X-ray Imager (LEXI), que capturará imágenes de la interacción entre la magnetosfera terrestre y el viento solar, proporcionando datos valiosos sobre el clima espacial.
Por otra parte, se empleará el Lunar Magnetotelluric Sounder (LMS), que caracterizará la estructura y composición del manto lunar mediante el estudio de campos eléctricos y magnéticos, ayudando a comprender la evolución térmica del satélite.
Otros instrumentos son el Lunar Instrumentation for Subsurface Thermal Exploration with Rapidity (LISTER), encargado de medir el flujo de calor desde el interior de la Luna, proporcionando información sobre su estructura térmica.
Y, por último, el Lunar GNSS Receiver Experiment (LuGRE) analizará la capacidad de utilizar señales de sistemas de navegación por satélite, como GPS y Galileo, lo que podría mejorar la navegación lunar en futuras misiones.

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