Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Neil Young vuelve a la carretera a los 80, espoleado por el trumpismo

Parece que a Neil Young (Toronto, 1945) se le han encendido la sangre y las alarmas con la llegada del trumpismo. El fin de semana pasado le veíamos en un concierto con Bernie Sanders y Joan Baez, agitando conciencias en Los Ángeles, y este jueves 17 protagoniza el estreno de un documental.

Antes que nada, una noticia a tener en cuenta por los fans de Neil Young, que los hay y muchos: si de aquí a junio no amplía fechas, el punto más cercano para nosotros de la gira europea que este verano, en el año en el que cumple 80 años, emprenderá el veterano, histórico, comprometido y genial músico canadiense con su nueva banda, The Chrome Hearts, será París (domingo 13 de julio, en el Adidas Arena).

También la capital parisina será el único punto del Estado francés en el que este jueves 17 se estrenará el documental ‘Coastal’, con el que Daryl Hannah documenta Coastal Tour, la gira en solitario con la que Neil Young volvió a los directos en 2023, después de la pandemia.

Ningún cine de Euskal Herria, ni tampoco del Estado español, parece que se ha apuntado de momento al estreno en pantalla grande del documental rodado por Daryl Hannah. Y, en París, a tenor del buscador de la página web de este evento, solo se verá en una sala, una de los Publicis Cinémas de los Campos Elíseos. En Londres o Dublín, por ejemplo, ya es otra historia, la oferta es amplísima; en Estados Unidos y Canadá, probablemente será más que un estreno y se convertirá en una fiesta. 

Filmado en blanco y negro, al que al final entra el color, el documental sigue entre bambalinas al músico. También graba sus actuaciones, en las que nunca va con una lista de canciones. (WARNER RECORDS)

 

«Estreno mundial en salas solo una noche, el 17 de abril», así se anuncia el documental ‘Coastal’. Se supone que este filme, rodado en riguroso blanco y negro, excepto en sus últimas secuencias, llegará a las salas comerciales y a las plataformas más tarde. Su banda sonora, eso sí, se lanzará el viernes a todo el mundo el 18, en un álbum titulado también ‘Coastal’, donde se recopilan once de las canciones cantadas en aquel tour.

Sábado 12 de abril pasado. Sobre el escenario improvisado en una calle de Los Ángeles, se ve a Neil Young, con su guitarra y su armónica. Un par de acordes y hace gritar repetidamente a la multitud: «¡Recuperemos a Estados Unidos!». Luego, en el ‘Rockin’ in the Free World’, la critica contra el consumismo que el canadiense escribió originalmente para Pearl Jam, se le unen las cantautoras Joan Baez y Maggie Rogers.

Horas antes habíamos visto en redes a Young y a su compañera, la actriz y cineasta Daryl Hannah, manifestándose en el acto convocado por el senador Bernie Sanders y la representante Alexandria Ocasio-Cortez, quienes andan metidos en una gira, denominada ‘Fighting Oligarchy’, con la que buscan agitar conciencias en su país contra la concentración del poder político y económico en manos de una élite multimillonaria y, a la vez, despertar al Partido demócrata, que anda de perfil bajo tras la subida al poder de Donald Trump y su fiebre arancelaria y fascista. El evento, por cierto, ya ha sido bautizado coloquialmente como el Bernichella, al llevarse a cabo en la misma semana en la que se desarrollaba el festival de música californiano de Coachella.

«Si dicen algo malo sobre Trump o su administración, podrían prohibirles volver a entrar a Estados Unidos si son canadienses. Si tienen doble nacionalidad como yo, ¿quién sabe?»

Por cierto, ‘Rockin' In the Free World’ es el tema por el que Neil Young demandó a Trump en 2015, porque el entonces candidato presidencial usaba esta canción en su campaña. «No la escribí para eso», exclamó entonces el estadounidense-canadiense –tiene doble nacionalidad, al obtener la estadounidense en 2020–, para quien Trump «es una vergüenza para mi país» y «el peor presidente de la historia».

O sea, que no hay mucha simpatía entre ellos. No extraña que, esta misma semana, el músico haya puesto un aviso en su página web, donde ha compartido su preocupación por que le sea prohibida la entrada a Estados Unidos tras su gira europea a finales de este año, debido a sus abiertas críticas a Donald Trump y a la creciente oleada de detenciones y deportaciones de personas al entrar en Estados Unidos. Estos incidentes se han atribuido a problemas de visas imprecisos o no especificados, pero con frecuencia han afectado a personas que han criticado a la Administración Trump, ya sea públicamente o en mensajes en sus teléfonos leídos por agentes de inmigración.

Y ahí, el músico acumula muchos puntos. «Si regreso de Europa y me prohíben el acceso, no puedo tocar en mi gira por Estados Unidos, todos los que compraron entradas no podrán asistir a un concierto mío», ha escrito. «Así es, amigos. Si dicen algo malo sobre Trump o su administración, podrían prohibirles volver a entrar a Estados Unidos si son canadienses. Si tienen doble nacionalidad como yo, ¿quién sabe? Lo descubriremos todos juntos».

Gran parte del material se ha rodado con un iphone. (WARNER RECORDS)

Tras aquel divertido y extraño ‘Paradox’ (2018), un western casero protagonizado por Neil Young que pudimos ver en Netflix, Daryl Hannah vuelve a colocarse tras la cámara para rodar un documental sobre su pareja. Así se conocieron también, cuando, en 2014, ambos coincidieron en un filme de Greenpeace sobre la devastación producida por una compañía petrolífera en uno de los enclaves más protegidos de Estados Unidos. Hannah era la presentadora y Young, el encargado de poner música al filme. Por entonces, el músico no se había separado de su esposa, con quien estuvo 36 años en pareja.

Ecologista militante –le han detenido varias veces por su activismo medioambiental–, tras la belleza espectacular de Daryl Hannah hay compromiso y talento. Fue una de las estrellas más importantes de Hollywood entre los 80 y principios del 2000, trabajó con grandes cineastas, y, encarnó a personajes icónicos como la replicante Pris de ‘Blade Runner’ (1982, Ridley Scott) y la malvada asesina tuerta Crótalo de California, en las dos entregas del ‘Kill Bill’ (2003 y 2004), de Quentin Tarantino.

También fue una sirena en ‘Un, dos, tres... Splash’ (1984), un exitazo comercial de Ron Howard, en la que su personaje se enamoraba de Tom Hanks.

Esa fama planetaria no le impidió tener que enfrentarse a depredadores como Harvey Weinstein, como denunció públicamente en 2017, en ‘The New Yorker’. En la entrevista que publica este mes de abril “Rolling Stone”, la cineasta y actriz relata varios episodios de estos, como cuando Weinstein aporreaba la puerta de su habitación de hotel y te pedía que le dejara tocarle los pechos o cuando la dejó sola, de promoción en Cannes, colgada, sin billlete ni hotel. «Era horrible ser una mujer joven en aquella época. Nunca tuve agente ni publicista ni nada parecido. Así que, en realidad, estaba desprotegida», explica.

«Generalmente, la gente lo considera un tipo inescrutable. Es curioso cuánta gente se siente intimidada por él; dicen: ‘¡Da miedo!’. Así que quise disuadir a la gente de esa idea»

En ‘Coastal’, Daryl Hannah nos permite conocer al músico tras las bambalinas, mientras recorre la costa en su primera gira tras la pandemia. Filmado en una gran parte con su teléfono iphone («y ni siquiera es el modelo más reciente, pero no quería tener una cámara grande, porque no quería que Neil se sintiera incómodo», reconoce), Hannah captura el regreso de la estrella a los escenarios, a los 75 años, tras un descanso de cuatro años.

«Estaba muy nervioso», recuerda. «Es curioso, porque no ensayó antes de la gira. Le gusta que las cosas sean reales y espontáneas. Pero en cuanto salió al escenario, se sintió bien. Con ‘Coastal’ quería resaltar la autenticidad, la apertura y la vulnerabilidad de Neil como persona, músico e intérprete. Es tan puro y honesto como se puede ser. Profundamente dedicado a su musa musical, lo que a veces supuso un desafío para capturar las canciones, ya que nunca sabíamos qué podría tocar o qué instrumentos elegiría a continuación. Pero lo que pudimos capturar tiene una magia sin pretensiones que revela la verdad, el sentimiento y las emociones en estas joyas ocultas, así como una mirada de cerca a un intérprete que toca desde el corazón con una total falta de pretensiones».

Hannah lo capturó justo antes y después de los conciertos interactuando con su hijo Ben (tiene parálisis cerebral severa) y su grupo, el conductor del autobús o la gente que les acompañaba. «Llevo mucho tiempo pensando que me gustaría mostrar ciertos aspectos de cómo es para él. Incluso amigos míos me dicen: ‘¿Puedo ir a la fiesta después del concierto?’. Yo les digo: ‘¿Fiesta? Nos subimos al autobús y nos vamos al siguiente pueblo’. Quería mostrar que es muy solitario y, en cierto modo, una existencia casi normal. A mí, en particular, me sorprendió un poco que, después de un concierto, casi no pudiera hablar. Estaba agotado. Tenía que sentarse un rato a mirar por la ventana y volver a entrar en su cuerpo. Generalmente, la gente lo considera un tipo inescrutable. Es curioso cuánta gente se siente intimidada por él; dicen: ‘¡Da miedo!’. Así que quise disuadir a la gente de esa idea. Y esos momentos de intimidad realmente muestran algo que creo que nunca antes había visto en ningún documental».

Porque, a pesar de que cumple 80 años este otoño, Young sigue con una actividad frenética. Tocará en Europa entre junio y julio de 2025, incluido el Festival de Glastonbury, y luego regresará a Norteamérica. Serán exclusivamente de conciertos al aire libre. También sigue en la música, por encima de sus problemas físicos.

Neil Young se lo explicaba al periodista Dan Rather en una entrevista reciente de la cadena AXS TV, que se puede ver en Youguve. «Veo el mundo con un ojo mucho más que con el otro, porque una parte  de mi cuerpo se vio afectado por la polio cuando era niño. No toco mucho con mi mano izquierda, toco principalmente con la derecha. Pero mi cerebro ha ganado algo, hay una especie de ‘enfoque’ con el que puedo concentrarme en las cosas y permanecer en ellas. Sea bueno o malo, eso es lo que hago». A los 6 años tuvo que aprender a andar de nuevo. «Todavía tengo problemas para caminar en línea recta, aunque puedo ir recto como un alfiler», reconoce, pero «siento como si tuviera dos cuerpos, no sé exactamente donde está cada uno de ellos».

Rather le pregunta finalmente: «¿Cuál es el alma del  r’n’r?»: «Gran pregunta –responde el músico–. El r’n’r es una expresión libre, es una forma creativa de vivir el arte escénico a través de la música. Tiene mucho que ver con la juventud y con estar convencido de algo e intentar darle vida y hacerlo explotar, para que la gente lo vea. Es simplemente expresión personal y dejarte llevar. Y si estás con la gente adecuada, todos vais juntos y, cuando eso sucede, sucede la improvisación: las cosas empiezan a surgir y el público se da cuenta de que todos van juntos,  y que está sucediendo algo aquí mismo, por primera y única vez».