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El progreso en el desarrollo humano se ralentiza hasta el nivel más bajo en 35 años

El desarrollo humano está experimentando una desaceleración sin precedentes, según señala un nuevo informe dado a conocer este martes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En los países con un índice de desarrollo humano bajo y medio, el 70 % espera que la IA aumente su productividad.
En los países con un índice de desarrollo humano bajo y medio, el 70 % espera que la IA aumente su productividad. (PNUD)

El Índice de Desarrollo Humano, que examina los avances en el ámbito de la educación y la salud y los niveles de ingresos de una sociedad, sigue ralentizándose hasta su nivel más bajo en 35 años, según el informe anual del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), enfocado en esta ocasión en el potencial de la inteligencia artificial.

Los expertos vaticinaban una recuperación sostenida tras la crisis derivada de la pandemia de covid-19 en 2020, pero el índice no ha avanzado al ritmo esperado y el del último año es el crecimiento más bajo desde 1990, con proyecciones igual de desalentadoras para todas las regiones del planeta.

El administrador del PNUD, Achim Steiner, ha advertido de que «durante décadas nos encaminábamos a vivir en un mundo con un desarrollo humano muy alto en 2030, pero esta desaceleración representa una amenaza muy real para el progreso global», en un mundo además que sigue marcado por una gran desigualdad entre países ricos y pobres. Por cuarto año consecutivo, esta desigualdad se acrecienta.

«Si el pobre avance de 2024 se convierte en ‘la nueva normalidad’, los objetivos fijados para 2030 podrían demorarse durante décadas, haciendo de nuestro mundo un lugar menos seguro, más dividido, y más vulnerable a las perturbaciones económicas y ecológicas», ha señalado Steiner en un comunicado.

Por cuarto año consecutivo, según el informe, se observa un aumento continuado de la desigualdad entre los países con un índice de desarrollo humano (IDH) bajo y los de IDH muy alto. Esto invierte una tendencia de muchos años que mostraba una reducción en las desigualdades entre los países ricos y pobres. 

En el caso de los países con índices bajos, este desarrollo precario se puede ver agravado por las crecientes tensiones comerciales, el empeoramiento de la crisis de la deuda y el surgimiento de una industrialización sin creación de empleos. El responsable del PNUD ha abogado por «explorar de manera urgente nuevas fórmulas para impulsar el desarrollo».

El informe se titula ‘Llamamiento a decidir: personas y posibilidades en la era de Inteligencia Artificial’, y Steiner ha incidido precisamente en el «rápido avance» de este sector para «considerar su potencial para el desarrollo». 

«Ante el rápido avance de la IA en tantos y tantos ámbitos de nuestras vidas, es preciso considerar su potencial para el desarrollo. Casi cada día surgen nuevas capacidades y, si bien la IA no es ninguna panacea, las elecciones que hagamos encierran el potencial de reavivar el desarrollo humano y abrir el camino a nuevas vías y posibilidades», ha subrayado.

La mitad de las personas encuestadas por el PNUD piensa que sus empleos pueden automatizarse y seis de cada diez prevé que la IA tenga un impacto positivo en sus trabajos y que incluso creará oportunidades laborales. Apenas el 13% teme que la IA pueda destruir empleos.

Por el contrario, en los países con un valor de IDH bajo y medio, el 70% espera que la IA aumente su productividad, y dos terceras partes creen que utilizarán la IA en la educación, la salud, o el trabajo durante el próximo año.

El informe hace un llamamiento a utilizar la IA con un enfoque centrado en las personas, algo que puede llegar a reconfigurar fundamentalmente los enfoques de desarrollo. Los resultados de la encuesta indican que la ciudadanía mundial está lista para esta clase de «reinicio».

Así, el documento plantea como recomendaciones construir una economía colaborativa entre personas y máquinas, integrar la capacidad humana en todo el ciclo de la inteligencia artificial y modernizar los sistemas educativos y sanitarios para que respondan a las necesidades y retos actuales.

Islandia y Sudán del Sur, la cara y la cruz

El estudio incluye también una lista de 193 países ordenados en función de su Índice de Desarrollo Humano. Islandia aparece en cabeza con 0.972. Le siguen Noruega, Suiza, Dinamarca y Alemania, lo que evidencia el potencial de un continente, Europa, que aparece también como la región más desarrollada –de media, tiene una nota de 0.818–. En el lado opuesto, cerrando la lista, se sitúan Sudán del Sur, Somalia, República Centroafricana, Chad y Níger.