Otro año más, Iruñea Antitaurina convirtió su reivindicación de unas fiestas sin maltrato animal en una actividad ciertamente divertida. De la mano de la elektrotxaranga 3indarrok, recorren Alde Zaharra con tiaras de cuernos de cartulina en la cabeza y pancartas en forma de toro en la que se leía «Zezenak bizirik» (los toros, con vida).

Decenas de personas han iniciado la marcha y muchas más se les van sumando a lo largo del recorrido pese a la lluvia.

Luisa Vallejo, portavoz del colectivo, explicaba que «venimos aquí otra vez para crear otro espacio festivo, alternativo al oficial, porque en la plaza están matando y torturando animales ahora mismo».

Iruñea Antitaurina defiende la tesis de que la capital navarra no es taurina, sino sanferminera. Vallejo sostiene que esto se nota cada vez más, también en su kalejira anual que, además de música, contó con un toro hinchable y un esqueleto colgando de un palo con traje de torero.

Desde el colectivo hacen un llamamiento directo a las peñas, que están perdiendo interés por los toros, pero que sostienen el ambiente de la plaza con sus txarangas y sus meriendas.

«Muchos en tendido Sol acuden a la plaza, pero luego permanecen prácticamente de espaldas al ruedo. Van a merendar. Y si el asunto es ese, la solución es fácil: como la clave es merendar, que quiten los toros y pongan otra cosa», se ha sincerado Vallejo.

«Nosotros no tocamos el tema del encierro. Nuestro objetivo es acabar con las corridas de toros. Sí que creemos que, en el siglo XXI, su mantenimiento no tiene ningún sentido», ha proseguido.

A pesar de que Iruñea tiene una de las plazas de toros más grandes del mundo, se sigue llenando. Sin embargo, ya no es tan difícil como antes encontrar entradas y a bastantes peñas les sobran abonos. En Iruñea Antitaurina están convencidos de que, dentro de estas asociaciones, el cambio se ha dado y que no encuentran la forma de ser consecuentes.

La programación de actividades en el mismo horario de la corrida de toros cada vez es más común. En el espacio de Herri Sanferminak, por ejemplo, hay diferentes conciertos cada día en lo que han denominado Arrats antitaurinoak.