
A la espera de los dos espectaculares eclipses solares que nos aguardan en los veranos de 2026 y 2027, este próximo domingo se podrá observar en Euskal Herria otro lunar total, si la climatología –de momento, adversa– lo permite.
Las nubes no serán el único obstáculo para disfrutar de tan formidable espectáculo, también la altura de nuestro satélite natural supondrá un impedimento importante, al menos en la primera parte de dicho fenómeno astronómico, por lo que disponer de un horizonte lo más despejado posible es una opción más que aconsejable.
La previsión es que la Luna se asome al este por dicho límite poco antes de las 20.30, momento en el que el Sol se estará ocultando por el oeste, de ahí que todavía haya demasiada luminosidad como para poder ver con claridad a la primera, que también por efecto de la sombra de la Tierra estará totalmente oscurecida.
No será hasta las 20.52 cuando se ponga fin a la totalidad del eclipse y el disco lunar comience a ganar en brillo, aunque todavía no habrá adquirido demasiada altura respecto al horizonte, apenas tres grados por encima de él.
Conforme pasen los minutos, tanto porque la Luna irá ascendiendo en el cielo como porque este irá variando hacia una tonalidad negruzca, el fenómeno se verá con mayor nitidez, si bien para entonces ya se encontrará en su fase parcial, lo que permitirá visualizar cómo la sombra de la Tierra se va retirando lentamente de la superficie lunar.
El último contacto con la mencionada sombra se producirá a las 21.56, instante en el que se dará por finalizado el eclipse y nuestro satélite recuperará su aspecto habitual, en este caso en su fase de llena, completamente iluminada por la luz solar.
¿Por qué la Luna se verá roja?
La característica tonalidad rojiza de este tipo de eclipses se debe a que, al quedar la Luna en la sombra de la Tierra, los rayos solares deben atravesar una mayor porción de la atmósfera. En este proceso, la luz azul y verde se dispersa y únicamente llegan al satélite las longitudes de onda más largas, correspondientes a los tonos rojizos y anaranjados.
Los eclipses lunares son seguros para la vista y no requieren ningún tipo de protección especial. La recomendación para este es acudir a un lugar elevado y con el horizonte este despejado, antes del anochecer, para poder apreciar con claridad la salida de la Luna en fase de totalidad. Al no estar el cielo completamente oscuro, será necesario prestar atención para distinguir los matices rojizos.
Este fenómeno natural se produce cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean en el espacio de tal manera que nuestro planeta proyecta su sombra sobre la superficie del satélite, produciéndose su oscurecimiento. La observación del cielo es una oportunidad para acercarnos al conocimiento científico y a la belleza del universo.

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