Jone Buruzko
IRUDITAN

Mikel Laboa, eterno e inolvidable

(Marisol Ramirez FOKU)

Tal día como hoy, el 15 de junio de 1934, nacía en Donostia Mikel Laboa, el cantautor al que se le pueden atribuir las mejores consideraciones y, aún así, se quedarían cortas. Aclamado como la referencia por excelencia de la música euskaldun, fue capaz de compaginar durante muchos años sus dos profesiones: la de músico y la de médico. Cursó estudios de Medicina y Psiquiatría en Iruñea, y posteriormente ejerció en Donostia de médico, pero también de «artista político». Le recuerdo de niña cantando con su guitarra en los cines de los pueblos y asombrando con su inmortal “Baga, biga, higa”, y también años después con esa gorra con la que aparece en esta fotografía asistiendo a conciertos de músicos extranjeros. Su última actuación fue en el verano de 2006, como telonero de Bob Dylan en una playa de La Zurriola a rebosar. Su influencia en Euskal Herria fue y es inmensa. Un ejemplo, su “Txoria txori”; más que un clásico popular es un himno que se corea desde los campos de fútbol hasta en las despedidas fúnebres. Laboa falleció un 1 de diciembre de 2008 a los 74 años. La noticia corrió como la pólvora mientras las escuelas de su ciudad ponían sus canciones a pleno volumen. Un año después, la Quincena Musical lo homenajeó en el Victoria Eugenia mediante una exposición, una mesa redonda y el espectáculo “Laboaren mundua”. Esta fotografía es de aquel homenaje. Hubo más, también en vida.