Nadie ha echado en falta al fútbol. Ese que se supone el deporte de masas, está como quien dice en liquidación y, acabada su temporada, el domingo no tiene por qué ser aburrido. Hoy, sin ir más lejos, el panorama deportivo ha sido tan exquisito que costará repetir. Para empezar, un chaval de 17 años, con el que nadie contaba, ha ganado el torneo de Wimbledon. Bum-Bum Becker, que así le llaman, ha ganado la final con una alegría que no es propia de su inexperiencia. Se convierte en el primer no cabeza de serie que gana semejante trofeo, sazonado con un talón de 29 millones de pesetas y con la fama que ahora le acosará.

La tarde ha tenido más alicientes, con el holandés Ducrot vencedor en la primera etapa de montaña del Tour. El mozo ya protagonizó el día que arrancó la carrera una escapada superior a los 200 kms y le dieron caza en puertas de la meta. Hoy no han podido impedir que cantara victoria. La etapa ha sido más rápida que nunca y los puertos, para que luego digan, han dejado fuera de carrera a Laguía, Zúñiga e Ibáñez, este por accidente.

Sin irnos tan lejos, en Zierbena, la primera regata de traineras de la temporada ha recogido el hundimiento de Kaiku en la segunda jornada, después de que ayer cobrara ventaja, y la victoria de Zumaia, aunque superada por Orio en la tanda final. La temporada se presenta más igualada y hasta promete emoción.

Ariño IV y Lajos jugarán el próximo domingo la final del Torneo de San Fermín a Bengoetxea IV y Salbidea, después de que hoy Bengoetxea III y Martinicorena hayan tenido que ceder 22-20 en el Labrit. Y no queda ahí todo, porque los aficionados a la velocidad han podido comprobar la sorpresa del éxito de Piquet en el circuito Paul Ricard, y las habilidades que sobre dos ruedas han sido capaces de demostrar todos los pilotos del Gran Premio de Bélgica. El domingo ha tenido de todo.