Jone Buruzko
IRUDITAN

El día que Hitler sobrevivió a una bomba

(Hulton-Deutsch Collection/CORBIS/Corbis vía Getty Images)

Tal día como hoy, un 20 de julio de 1944, explotaba en la Guarida del Lobo, el cuartel general de Adolf Hitler en Rastemburgo -lo que hoy es Ketrzyn, Polonia-, una bomba destinada a matar al ‘Führer’, colocada por el coronel y jefe de Estado Mayor del Mando del Ejército de Reserva Claus Schenk von Stauffenberg. Este militar de 36 años -culto, conde, casado y a la espera de su quinto hijo-, planeó junto con otros mandos nazis atentar contra Hitler, horrorizados por el camino que estaba tomando la Alemania del Tercer Reich. Stauffenberg abandonó el lugar convencido de la muerte del dictador pero, aunque murieron cuatro personas de las 25 que asistían a la reunión, Hitler solo resultó levemente herido. Horas más tarde, recibía sonriente a Mussolini en el lugar del atentado, momento que recoge esta fotografía. Stauffenberg voló a Berlín dispuesto a seguir con el plan Valquiria y llevar a cabo, junto con otros implicados, un golpe de Estado. Pero uno de los involucrados, el general Fromm, les traicionó y ese mismo día, al filo de la medianoche, fusiló a Stauffenberg y a tres de sus correligionarios para no ser descubierto, aunque luego Hitler le ejecutaría. Tras fracasar el plan, la represión aumentó. En las dos semanas siguientes mataron a unas doscientas personas implicadas en esta operación con métodos de extrema crueldad, y en los meses siguientes, a más de 5.600. La historia es de película, y la tiene.