Sergi Cámara
REPORTAJE FOTOGRÁFICO

Canal de la Mancha, travesía mortal

El mar como medio de salvación, y de muerte. El Canal de la Mancha, la frontera natural que separa la costa francesa y la británica, es testigo continuo de cientos de intentos de cruzar a las islas por parte de miles de personas que huyen de sus países por necesidad. Son adultos y menores que, como en otros lugares del planeta, arriesgan sus vidas en busca de la supervivencia.

(Sergi Cámara)

El control que ejerce la Unión Europea (UE) en sus fronteras externas e internas comporta que muchas personas tengan que buscar vías alternativas, cada vez más arriesgadas e inseguras, para llegar al destino final. En las playas del norte del Estado francés, centenares de antidisturbios vigilan las salidas de barcas en dirección a Gran Bretaña. Las playas que de madrugada son utilizadas para salir hacia suelo británico, se convierten en verano en el lugar donde centenares de familias disfrutan de un día de playa. Tan solo 30 kilómetros separan ambas costas.

Cada madrugada, decenas de personas procedentes de países como Sudán del sur, Vietnam, Somalia, Afganistán, Irak, Irán y Etiopía intentan llegar a Gran Bretaña desde las costas del norte del Estado francés. En muchas ocasiones la Policía francesa las descubre y les pincha la barca para que no puedan zarpar. Asimismo, emplean la violencia contra estas personas utilizando gases lacrimógenos, incluso contra familias con menores.

Una familia prepara la comida en el campamento de Loon- Plage; miles de personas esperan en este campamento el día que cruzarán el Canal. (Sergi Cámara)

Nave abandonada cerca de Calais, donde viven centenares de jóvenes procedentes mayoritariamente de países del continente africano. (Sergi Cámara)

Policías antidisturbios detienen a varias personas que intentaban partir hacia Gran Bretaña en Oye-Plage. (Sergi Cámara)

La creciente presión policial y control en las playas del norte hace que cada vez las salidas sean más lejanas y los traficantes sobrecarguen las barcas, provocando que el viaje sea cada vez más peligroso y arriesgado. Otras veces, las embarcaciones sufren problemas y sus ocupantes tienen que ser rescatados. En total, desde el 1 de enero hasta el 28 de junio de este año, ya son 26 las personas que han muerto en el intento de cruzar el Canal de la Mancha hacia Gran Bretaña.

Unas 20.000 personas cruzaron hasta julio de este año, siendo el 31 de mayo el día de más cruces. Esa jornada, fueron un total de 1.194 las personas que cruzaron el Canal de la Mancha, según cifras facilitadas por el Ministerio del Interior británico, que constituyen el día más transitado en esta peligrosa ruta migratoria desde principios de año. Los cruces se realizaron en un total de 18 embarcaciones, que fueron interceptadas por la Fuerza Fronteriza en la costa británica. Últimamente se emplean los denominados “botes taxi”, barcas que van recogiendo a las personas en la playa para evitar que la Policía las pinche.

Familias sorprendidas por la Policía en la playa de Wimereux. (Sergi Cámara)

Agentes patrullando de noche por las dunas en busca de migrantes que intentan cruzar. (Sergi Cámara)

Una familia intenta escapar del cordón policial que quiere desalojar el campamento de Loon-Plage. (Sergi Cámara)

Un grupo es descubierto por la Policía cuando intentaba subir a una embarcación. (Sergi Cámara)

AL MENOS 14 NIÑOS MUERTOS

En el año 2024 se registraron las mayores cifras de fallecidos, con un total de 78 migrantes muertos en estas aguas, según la Oficina de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Migrantes (Oltim). La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) aumentó esa cuantía hasta los 82 fallecidos, incluyendo al menos 14 niños. Para las asociaciones, este aumento de las tragedias se explica por la intensificación de la vigilancia policial en la frontera franco-británica, que obliga a los exiliados a correr riesgos cada vez mayores para cruzar el Canal de la Mancha, poniendo en peligro sus vidas.

Para los gobiernos francés y británico, los únicos responsables del aumento de la mortalidad el año pasado son los traficantes. Quienes no pueden pagar un pasaje en una barca, cuyo coste ronda los 2.500 euros, utilizan la opción del camión. Se trata de esconderse en algunos de los cientos de camiones que cruzan la frontera a través del túnel subacuático. Muchos mueren atropellados cuando intentan esconderse en ellos.

Las personas que esperan para cruzar el mar, tienen que soportar condiciones indignas de vida en el campamento de Loon-Plage. Semanalmente acuden las fuerzas policiales a desmantelar el campamento, donde se encuentran menores conviviendo entre desechos, basura y ratas. Aguantando el frío y la lluvia. Además, también sobreviven bajo el acoso y la amenaza de organizaciones de ultraderecha, que muchas veces boicotean los surtidores de agua que las organizaciones de ayuda colocan para el servicio de estas personas.

Gran Bretaña y el Estado francés anunciaban el pasado junio un nuevo acuerdo migratorio que busca combatir las travesías en pateras por el Canal de la Mancha. Este pacto, si se concreta, permitiría inicialmente que hasta 50 personas fueran devueltas a territorio francés cada semana.

Migrantes procedentes de Kurdistán se colocan los chalecos salvavidas antes de salir hacia Gran Bretaña. (Sergi Cámara)

Después de ser descubiertos por la Policía, un grupo regresa al campamento para volver a intentarlo la mañana siguiente. (Sergi Cámara)

Un hombre procedente de Somalia lleva en brazos a su hijo hasta la embarcación que les llevará hacia Gran Bretaña. (Sergi Cámara)

Una de las embarcaciones consigue salir de la playa de Gravelines antes de que llegue la Policía. (Sergi Cámara)