Ha llovido mucho (y nunca mejor dicho, dado que septiembre es, en Donostia, temporada de lluvias) desde que en 1953 un grupo de comerciantes locales apostase por alargar la temporada turística con la celebración de un festival de cine. Desde aquella primera edición han pasado 73 años y por cambiar ha cambiado hasta la propia naturaleza del cine, convertido a estas alturas en un contenido audiovisual más, sin ese carácter cuasi sagrado que atesoraba a mediados del siglo XX. No obstante, en Donostia, durante nueve días, el cine vuelve a ser lo que fue: una experiencia colectiva con una ciudadanía entregada, que llena las salas y que se muestra atenta y receptiva al descubrimiento de nuevos valores y cariñosa con algunos veteranos cineastas reincidentes en sus visitas al festival.

Muchos de estos directores son claros a la hora de justificar su presencia en Donostia: frente a otros certámenes, pensados para la industria, Zinemaldia es un festival donde el protagonismo recae en la audiencia. Y es esa ilusión por confrontar sus trabajos con el público lo que hace que esos cineastas recalen en el Kursaal y el Victoria Eugenia para presentar sus últimas películas. Esperando estimular el interés de esa audiencia fiel que, año tras año, se deja caer por Donostia para disfrutar del mejor cine internacional, en las siguientes páginas desgranaremos algunas de las propuestas más destacadas que este año vamos a poder ver en el certamen.

UNA SECCIÓN OFICIAL DOMINADA POR EL CINE VASCO

La cantidad de propuestas que contiene este año la Sección Oficial (entre películas a concurso, proyecciones especiales y series para televisión) confiere a esta un aire confuso ante el cual resulta fácil sucumbir. Pero en medio de todo ese aparente caos, emergen también algunas certezas, y la primera de ellas es el buen momento que vive el audiovisual vasco que, por primera vez, tendrá tres producciones pugnando por la Concha de Oro: «Estamos recogiendo los frutos de un trabajo bien hecho. Llevamos años en los que el Gobierno Vasco, EiTB, los productores y los festivales hacemos piña y vamos de la mano y el resultado está ahí», comenta el director del festival, José Luis Rebordinos, a la hora de justificar esa amplia representación del cine de Euskal Herria en la Sección Oficial de Zinemaldia. La primera de las producciones vascas a concurso será “Maspalomas”, la última creación de los Moriarti (esta vez con Aitor Arregi y José Mari Goenaga a los mandos), la conmovedora historia de un anciano homosexual que, tras ser internado en una residencia, se ve impelido a volver a meterse en ese armario del que tanto le costó salir en su momento. Los directores del film (que concursan por cuarta vez en Zinemaldia) inciden en que su nueva obra está en la línea de sus primeros trabajos, de películas como “80 egunean” y “Loreak”.

Otro veterano que regresa a la Sección Oficial de Zinemaldia es el sevillano Alberto Rodríguez (“La isla mínima”, “El hombre de las mil caras”) quien, esta vez, presenta “Los tigres”, un drama ambientado en las costas andaluzas con Antonio de la Torre y Bárbara Lennie al frente del reparto y con Koldo Zuazua (Kowaski Films) en la producción. La última de las producciones vascas que competirán por la Concha de Oro será “Los domingos”, de Alauda Ruiz de Azúa. La directora de “Cinco lobitos” regresa, de este modo, a la Sección Oficial del festival tras su exitosa comparecencia del pasado año con la serie “Querer”. Para la directora vizcaina, «‘Los domingos’ es una película que hicimos desde la ilusión por arriesgar y con esa misma ilusión llegamos para compartirla. No se me ocurre mejor lugar que Zinemaldia para que se vea por primera vez».

Constituyendo un récord hasta la fecha, la presencia de tres producciones vascas pugnando por la Concha de Oro, no agota, sin embargo, la presencia de nuestro cine en la Sección Oficial, sino que esta se verá ampliada con otras dos producciones. De un lado, “Karmele”, la última y esperada obra de Asier Altuna sobre el exilio vasco tras la Guerra del 36, donde Eneko Sagardoy y Jone Laspiur dan vida a los personajes en los que se apoya Kirmen Uribe en su novela “Elkarrekin esnatzeko ordua”, punto de partida del presente largometraje, que será exhibido fuera de competición. De otra parte, manteniendo la tendencia de acoger el estreno exclusivo de algunas de las series más esperadas de la temporada, este año el festival proyectará, en sesión continua, los cuatro capítulos de “Zeru ahoak”. Dirigida por Koldo Almandoz y protagonizada por Nagore Aranburu, se trata, en palabras de Rebordinos, «de la mejor serie que ha producido EiTB». Un elogio nada desdeñable para una propuesta que, según Almandoz, «es una historia de género negro con una trama trepidante, pero con un tratamiento de personajes original y lleno de claroscuros y una ambientación que nos ofrece una Euskal Herria alejada del paisaje de postal».

Más allá del protagonismo que este año tendrá el cine vasco, la Sección Oficial de Zinemaldia nos ofrecerá una selección de títulos muy potentes, muchos de ellos dirigidos por grandes nombres de la cinematografía europea que, en algunos casos, repiten presencia, demostrando así la capacidad de los organizadores del certamen para establecer vínculos de fidelización con determinados cineastas. Tal es el caso de la francesa Claire Denis, quien ya concursó en 2018 con la distopía científica “High Life” y que en 2023 fue presidenta del jurado de la Sección Oficial. En esta ocasión, Denis presenta a competición “Le Cri des Gardes”, donde vuelve sobre uno de los grandes temas que ha desarrollado en buena parte de su filmografía, el de las tensiones generadas por la mirada colonial. Y si hablamos de directoras con una larga trayectoria a sus espaldas, también conviene destacar la presencia de la polaca Agnieszka Holland, quien traerá a Donostia su ambicioso biopic sobre la figura de Franz Kafka, una película que a pocos dejará indiferente.

A buen seguro, también provocará reacciones encontradas “Deux pianos”, la última obra de Arnaud Desplechin, un director de mirada insobornable con una de las filmografías más audaces de las últimas décadas. Y, si de presencias recurrentes tenemos que hablar, resulta obligado citar al belga Joachim Lafosse, quien competirá por tercera vez por la Concha de Oro con “Six jours ce printemps-là”, tras haberlo hecho en anteriores ediciones con películas como “Los caballeros blancos” (que le valió la Concha de Plata al Mejor Director) o “Un silencio”. También el alemán Edward Berger, ganador del Óscar por “Sin novedad en el frente”, va camino de convertirse en un asiduo del certamen. Tras concursar el año pasado con “Cónclave”, este año vuelve a hacerlo con “Ballad of a Small Player”, un drama de reminiscencias cassavetianas protagonizado por Colin Farrell y Tilda Swinton. Y, respecto a la política de fidelización que sigue el festival, acaso el mejor ejemplo de ello lo encontremos en Juliette Binoche, una entusiasta de Donostia que, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en una embajadora de lujo para Zinemaldia y que este año ha elegido el festival para presentar su ópera prima como directora: “In-I In Motion”. Lo hará, eso sí, fuera de competición.

En lo que se refiere a algunos de los puntales tradicionales de la sección competitiva de Zinemaldia, este año volverá con fuerza el cine argentino (justo en uno de sus momentos más críticos, con el Gobierno de Milei asfixiando económicamente a la Industria). Lo hará a través de dos mujeres directoras, Milagros Mumenthaler, que presentará “Las corrientes”, y Dolores Fonzi, actriz de largo recorrido que debutó tras la cámara hace dos años con “Blondi” (presente en Horizontes Latinos) y que este año aspira a ocupar plaza en el palmarés oficial con su segunda película: “Belén”. También tendremos la consabida cuota de cine asiático con el cineasta chino Xiaoyu Qin, que en “Jianyu Laide Mama” cuenta la historia de una mujer encarcelada tras matar a su marido, y también con el japonés Yutaro Seki, autor de “SAI: Disaster”.

En lo que se refiere al cine estatal, dos buenas noticias: el regreso del catalán José Luis Guerín (uno de los nombres más trascendentes del audiovisual europeo), que, 25 años después del éxito de “En construcción”, vuelve a competir por la Concha de Oro con “Historias del buen valle”, y la vuelta de otro veterano como Agustín Díaz Yanes. El director de “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” o “Alatriste”, presentará fuera de concurso “Un fantasma en la batalla” (que también cuenta con financiación vasca). También fuera de concurso comparecerá el dos veces ganador de la Concha de Oro, Isaki Lacuesta, con su último trabajo, el documental “Flores para Antonio”, donde se evoca la memoria del músico Antonio Flores.

TERRITORIOS A DESCUBRIR

Frente a tanto nombre de postín, el espectador más inquieto, es decir, esa parte de la audiencia que busca confrontarse con lo desconocido en busca de pequeñas joyas más allá de lo convencional, volverá a tener en Zabaltegi-Tabakalera un territorio propicio para explorar. La sección competitiva más transgresora de Zinemaldia incluirá siete estrenos mundiales entre sus 23 títulos -quince largometrajes, seis cortometrajes y dos mediometrajes-, algunos de los cuales podrán verse en Donostia tras su paso por festivales como Cannes, Berlín, Venecia, Rotterdam o Locarno. La inauguración correrá a cargo del prestigioso director brasileño Sergio Oksman con su más reciente trabajo, “Una película de miedo”. La clausura será cosa del croata Igor Bezinović, que presentará en Donostia “Fiume o morte!”, evocación en clave documental de uno de los episodios más surrealistas de los primeros años del fascismo, la ocupación militar de la ciudad de Rijeka por parte de un batallón de voluntarios del Ejército italiano, comandados por el poeta Gabrielle D’Annunzio, en 1920. Entre uno y otro título, Zabaltegi acogerá las últimas propuestas de cineastas tan dispares como la francesa Lucile Hadzihalilovic, el chino Bo Hanxiong, el argentino Luis Ortega, la paraguaya Paz Enzina, el islandés Hlynur Pálmason o el húngaro György Pálfi. El cine vasco también será protagonista en Zabaltegi con “Bariazioak”, cortometraje dirigido por Lur Olaizola Lizarralde. Por su parte, otro mítico cineasta donostiarra, Iván Zulueta, estará también presente en la sección a través del documental “El último arrebato”, dirigido por Marta Medina y Enrique López Lavigne.

Para aquellos espectadores que quieran seguir transitando por la senda del descubrimiento, la apuesta más segura, más allá de Zabaltegi, es la sección New Directors, que históricamente ha sido un vivero donde antaño despuntaron muchos de aquellos directores que hoy son referentes internacionales. De ahí que no convenga perder la pista a esta selección de primeras y segundas películas integrada por 13 títulos. Abrirá la veda Jonatan Etzler con “Bad Apples”, una sátira mordaz sobre las derivas del sistema educativo británico protagonizada por la nominada al Óscar Saoirse Ronan. El mundo de la escuela estará también presente en “Shiro no kajitsu”, de la directora japonesa Yukari Sakamoto. Ambientada en un internado cristiano para chicas, será el film encargado de clausurar New Directors, una sección donde, de nuevo, el cine vasco se dejará sentir a través de “Aro berria”, de Irati Gorostidi Agirretxe, un relato sobre el inconformismo, la rebeldía y los afanes de transformación social ambientado en la Euskal Herria de 1978. La coproducción hispano-colombiana “La lucha”, la película danesa “Vaegtloes”, la costarricense “Si no ardemos, cómo iluminar la noche”, el film ruso “Chuzhie zemli” o la turca “Aldığımız Nefes” serán otras de las obras que podrán verse en esta sección.

Y, si de viajes hablamos, uno de los destinos habituales para el espectador de Zinemaldia es Latinoamérica. Como cada año, la sección Horizontes Latinos ofrecerá un estimulante mosaico de propuestas que recoge la pluralidad de miradas latentes en las cinematografías del continente, entre ellas las de algunos cineastas con trayectorias contrastadas. Tal es el caso de la argentina Lucrecia Martel, que este año traerá hasta Donostia “Nuestra tierra”, drama de corte social que narra la impunidad que sigue a la muerte de un líder indígena. Por su parte, el mexicano Fernando Eimbcke, autor de las estimulantes “Temporada de patos” o “Lake Tahoe”, presentará en Horizontes su más reciente largometraje, “Olmo”. El actor y director uruguayo Daniel Hendler, en “Un cabo suelto”, relata la historia de un policía perseguido por sus excompañeros que se ve forzado a rehacer su vida. La sección se inaugurará con la producción chilena “Limpia”, un thriller psicológico dirigido por Dominga Sotomayor e inspirada en una novela de la escritora Alia Trabucco, mientras que la película elegida para la clausura es la también chilena “La misteriosa mirada del flamenco”, de Diego Céspedes, que ha sido reconocida con el premio Sebastiane Latino por parte de la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales e intersexuales de Euskal Herria (Gehitu).

APUESTAS SEGURAS

Si en lugar de aventurarse hacia lo desconocido es usted de los que prefiere transitar territorios ya visitados atendiendo al placer que estos le procuran, sepa, querido lector, que Zinemaldia también se muestra atento a estas inquietudes. Una sección como Perlak, dispuesta para agasajar a la audiencia festivalera con una cosecha de grandes títulos que han sido vistos (y en algunos casos hasta premiados) en otros certámenes, está justamente pensada para el espectador que prefiere pisar sobre seguro. Richard Linklater, el aclamado director de títulos como “Antes del amanecer” (y sus secuelas), “Boyhood” o “La última bandera”, saca a relucir su mirada más cinéfila en “Nouvelle Vague”, homenaje a Jean-Luc Godard, donde se evoca el rodaje de “Al final de la escapada” y la condición de parteaguas de dicho film a la hora de alumbrar un movimiento cinematográfico que cambió la historia del séptimo arte. Esta película será la encargada de inaugurar una sección copada por grandes nombres, algunos de ellos viejos conocidos del festival, como los galos François Ozon (“L’étranger”) u Oliver Assayas (“El mago del Kremlin”). Otros, como el italiano Paolo Sorrentino (“La Grazia”), el griego Yorgos Lanthimos (“Bugonia”) o el iraní Jafar Panahi (“Un simple accidente”), ganadores incluso del Óscar, un premio al que también ha estado nominado Noah Baumbach, que este año presentará en Perlak “Jay Kelly”, la historia de un viaje por Europa de una estrella de Hollywood (George Clooney) junto a su representante (Adam Sandler). Otras películas a no perderse son la brasileña “El agente secreto”, avalada por su éxito en Cannes, de donde salió con los premios a la Mejor Dirección (Kleber Mendoça Filho) y al Mejor Actor (Wagner Moura) o “Valor sentimental”, del cineasta noruego Joachim Trier, autor de “La peor persona del mundo”. El cine más militante y comprometido tendrá también un hueco destacado en Perlak; la última realización del combativo Raoul Peck (“Orwell: 2+2=5”) acude a los diarios del autor de “Rebelión en la granja” para trazar un escalofriante recorrido por los totalitarismos que sacuden el mundo actual, trazando una analogía entre su naturaleza perversa y aquella que inspiró al escritor británico la redacción de su última y más famosa novela: “1984”. También el genocidio de Gaza tendrá presencia en la programación con el largometraje tunecino “La voz de Hind”. Más poética que política, en su retrato de las condiciones de vida de los habitantes del poblado chabolista Cañada Real, es la película “Ciudad sin sueño”, con la que el madrileño Guillermo Galoe ganó el premio al Mejor Guion en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes. Aunque, si de poesía hablamos, nada mejor que dejarse arrastrar por las cautivadoras imágenes de “Amélie et la métaphysique des tubes”, ganadora del Premio del Público en el prestigioso Festival de Annecy y prueba de que el cine de animación siempre encuentra su hueco en Perlak.

Si de apuestas seguras se trata, qué duda cabe que el cine clásico ofrece un reducto privilegiado para el espectador. Dentro de su ya tradicional sección Klasikoak, este año Zinemaldia ha querido huir de lo obvio y poner el foco sobre una serie de mediometrajes realizados por directores vascos a mediados de los años 80. El programa lo componen “Zergatik panpox”, de Xabier Elorriaga; “Oraingoz izen gabe”, de José Julián Bakedano; “Hamaseigarrenean aidanez”, de Anjel Lerxundi, y “Ehun metro”, de Alfonso Ungria. Además, Kasikoak recupera, en copia restaurada y coincidiendo con el 50º aniversario de su triunfo en el festival “Furtivos”, la obra maestra de José Luis Borau. No serán estos los únicos títulos clásicos que podrán verse este año en Donostia. La retrospectiva anual, dedicada este año a la dramaturga y guionista Lillian Hellman, rescata a una de las figuras más combativas y radicales del viejo Hollywood. Compañera sentimental del novelista Dashiell Hammett, activista y agitadora cultural, Hellman fue, en palabras de Quim Casas, miembro del Comité de Selección de Zinemaldia, «una mujer de firmes convicciones izquierdistas, precursora de una especie de choque creativo entre realidad y ficción que en su momento le acarreó muchas críticas y que hoy resulta tan moderno, algo que resulta patente en su novela ‘Pentimento’ y en la adaptación de una de sus partes en la película ‘Julia’». Este título, rodado en 1977 por Fred Zinemann con Jane Fonda dando vida a la escritora, será una de las películas que integren una retrospectiva enfocada, según Casas, en «dar a conocer mejor a una de las guionistas más importantes del período clásico de Hollywood».

A toda esta oferta de títulos hay que sumar la tradicional selección de lo mejor del cine vasco en Zinemira, la cosecha anual de grandes títulos estatales de Made in Spain, la cada vez más asentada sección de Culinary Zinema o las tradicionales proyecciones en el Velódromo. En definitiva, un menú para todos los paladares, para que cada espectador encuentre su película y pueda seguir afianzando la leyenda de Zinemaldia como un festival donde el factor diferencial lo constituye su público.