TERESA MOLERES
SORBURUA

Trucos para el huerto

E l secreto del huerto o jardín moderno continúa siendo el mismo de nuestros abuelos: compost bien maduro, materia orgánica que se obtiene a partir de los residuos de jardín y cocina. Este fertilizante natural es inmejorable para el cultivo de frutas y verduras, porque contiene todo el alimento necesario y en su justa proporción.

Conocemos la eficacia de la tisana de valeriana como calmante, pero es menos conocida como ayudante del jardinero. La pulverización de extracto diluido de flores de valeriana sobre las flores de los árboles y arbustos frutales acrecienta su resistencia a las heladas tardías.

Otro truco tiene que ver con las plantas aromáticas salvia, albahaca y perifollo, a las que les gusta el calor y detestan las variaciones de temperatura, por lo que es aconsejable calentar el agua de riego mezclándola con agua caliente o dejándola al sol en la regadera.

Es conveniente sembrar borraja en la vecindad de pepinos y pepinillos para que sus raíces, que segregan saponina, les ayuden en su crecimiento. Igualmente es útil en la vecindad de calabazas y calabacines. Sin olvidar que las flores de la borraja atraen a insectos necesarios para la polinización de muchas flores, como las de los fresales.

Nuestros abuelos sabían cómo combatir pestes del huerto con remedios que los jardineros modernos siguen utilizando. Por ejemplo, el perfume intenso del perifollo aleja los pulgones e incluso ahuyenta a los limacos plantándolo en primavera entre las lechugas. También los miosotis plantados al pie de los frambuesos ahuyentan los gusanos de su fruta.

Los pelargonios alejan a los mosquitos y son más fáciles de cultivar que los llamados geranios de balcón, porque necesitan menos agua y abono. Especial antimosquitos es “Royal Oak”, una variedad con muchas flores y de perfume aromático algo acre. Además, sus hojas y flores secas despiden perfume durante varias semanas.

Dicen que las siemprevivas, Sempervirum tectorum, plantadas en el tejado protegen de los rayos. La explicación poco “científica” es que sus hojas grasas almacenan agua y actúan como pararrayos, desviando la descarga eléctrica hasta la tierra a través de los canalones. Lo que sí es cierto, porque está comprobado, es que la aplicación de hojas de siempreviva sobre una picadura de insectos o quemaduras pequeñas tiene un efecto refrescante y calma el dolor.