Sergei Minin
ESTAMPAS

Un gélido baño de fe

Un baño en agua helada. Esta es la peculiar forma que tienen los ortodoxos de celebrar la Epifanía, es decir, la Festividad del Bautismo de Cristo. El rito tuvo lugar el pasado día 19 de enero, jornada en la que miles de personas se zambulleron rodeadas de hielo y con unas temperaturas que en algunos casos rondaban los 12 grados bajo cero. Lagos y ríos sirven para la ocasión, aunque en muchos casos es necesario perforar su superficie helada para que los esforzados bañistas puedan cumplir con una tradición que les sirve para expiar sus pecados, curar enfermedades o simplemente demostrar su valentía. La jornada arranca con la bendición de las aguas llevada a cabo por popes enarbolando crucifijos de plata. A continuación, los fieles descienden por unas escaleras de madera y se sumergen tres veces en el agua al tiempo que se persignan, piden a Dios que perdone sus pecados y rezan por su propia alma y la de sus seres queridos. Para facilitar el rito, no suelen faltar en las cercanías unos vestuarios, alfombras y puestos de té caliente con el que reconfortarse después del baño.

De todos modos, la fe no es siempre el principal motivo de la zambullida, ya que muchas personas se sumergen en agua helada porque están convencidas de que estos baños fortalecen la salud del cuerpo al prevenir catarros, enfermedades coronarias, infartos y derrames cerebrales. Algunos médicos respaldan esa tesis al considerar que someter el cuerpo a un medio hostil activa sus defensas.

Aunque, en general, la Epifanía ortodoxa se celebra de esta forma, no faltan las variantes. Así, en Bulgaria, los bañistas participan en una peculiar competición consistente en ser el primero en localizar un crucifijo que un sacerdote lanza a las aguas de un lago de Sofía. El premio consiste en gozar de buena salud durante un año. En Rumanía, los protagonistas son los caballos, que participan en una carrera sobre el hielo tras recibir la correspondiente bendición. Son diferentes maneras de recordar el bautismo de Jesús en las aguas bastante más tibias del río Jordán.