TERESA MOLERES
SORBURUA

Mujeres artistas

C omo el próximo martes 8 de marzo es el Día de la Mujer Trabajadora, no he querido olvidarme de otras trabajadoras, las mujeres artistas. He estado en el donostiarra Museo de San Telmo y me he llevado una gran decepción. Primera planta: “100 años de arte vasco”. Como representante de esta centuria, solo un cuadro de una mujer: “El hilo del tiempo”, de Esther Ferrer, propiedad del Centro de Arte de Fuenlabrada (Madrid) y cedido para la ocasión. Segunda planta: “Colección histórica de Arte”. Siglos XVI, XVII y XVIII, ninguna mujer pintora y lo más extraño, en el siglo XIX, tampoco.

Sin embargo, recuerdo haber visto en este museo una pintura atribuida a Catarina Ykens (1608-1666, Amberes-Bélgica). Era “Guirnalda de flores y frutas con un medallón en el centro”. Me interesó por la relación de las pintoras con flores y paisajes. En este cuadro en concreto, las flores eran rosas, tulipanes y diantus. Además, el museo tenía sin exponer otro cuadro de la misma pintora y las dos obras eran un préstamo, dispersos como les llaman, del Museo del Prado de Madrid. Ahora el lienzo parece que se encuentra también disperso del Museo de San Telmo por falta de espacio.

Como la mayoría de las pintoras de su época, Ykens pertenecía a una familia de pintores y fue alumna en el taller de su padre, pintor de bodegones. Desde niñas, las mujeres contribuían con su trabajo a la fama de los talleres familiares. Esta pintora no fue una desconocida en su país, ya que en 1659 fue elegida miembro del Gremio de Pintores de Amberes.

Los bodegones de las pintoras flamencas muestran flores, frutas e insectos realizados con especial delicadeza; una pintura considerada entonces como un género menor. A las mujeres se les prohibía pintar modelos vivos por una cuestión de decoro. Hasta en la Academia de Arte de París, a las estudiantes les hacían pintar una vaca viva como modelo al natural.

Mi sorpresa ha sido que, al querer recordar a las mujeres trabajadoras, artistas vascas, antiguas y contemporáneas, en el museo de la Capital Europea de la Cultura 2016, que tiene a una mujer como concejal delegada de Cultura, no hay rastro de ellas. Y no hay que esforzarse mucho para nombrar a pintoras y escultoras reconocidas en nuestro entorno.

Queda por averiguar si se las nombra en el Museo Nacional de Mujeres Artistas de Washington, único museo en el mundo dedicado exclusivamente a reconocer la contribución de las mujeres artistas, sean americanas o no.