XANDRA ROMERO
SALUD

Lactancia materna y obesidad

Sobre la lactancia materna se ha asegurado que previene la obesidad infantil. Las propiedades de la leche humana, en comparación con la alimentación de fórmula, sugieren posibles mecanismos protectores frente al sobrepeso y obesidad infantil, debido a que ésta proporciona mayores factores bioactivos que contribuyen al desarrollo inmunológico, nervioso y psicológico del niño, así como a la interacción gen-neuroendocrino, razones por las que la protección de la leche materna frente a la obesidad se ha dado por hecho. Sin embargo, ¿qué dice realmente la ciencia al respecto?

Sobre la relación inversa entre leche materna y obesidad infantil, en 2011, la revista “American Journal Of Clinical Nutrition” publica el artículo de revisión titulado Breastfeeding and body composition in children: will there ever be conclusive empirical evidence for a protective effect against overweight? concluyendo que aunque los efectos de protección de la lactancia materna sobre el sobrepeso posterior parecen ser posibles, estos, son difíciles de probar.

¿Cuál es la razón? Según el estudio Modest Protective Effects of Breast-feeding on Obesity: Is the Evidence Truly supportive? y otros artículos, como el publicado en la revista “American Association of Nurse Practitioners” en 2014, existen una serie de factores que pueden haber llevado a la exageración de los efectos positivos de la lactancia materna frente a la obesidad. Estos factores serían sobretodo: las variables de confusión como las relativas al bebé, las variables culturales, genéticas y ambientales. Pero sobretodo, las relativas a la madre: su edad, nivel socioeconómico y cultural, tipo de parto, y, seguramente, la obesidad materna, que es el factor más influyente y que mejor predice la obesidad y/o sobrepeso infantil.

También en nuestro territorio, el trabajo de investigación llevado a cabo por el Dr. Txakartegi, pediatra de atención primaria en Osakidetza, ha tenido resultados en la misma línea.

En su trabajo y el de su equipo, tras el análisis de los datos recogidos durante 23 años, los resultados no encuentran asociación entre leche materna y disminución del exceso de peso. De hecho, observaron resultados contrarios; es decir, su trabajo refleja un incremento significativo del riesgo de exceso ponderal a los seis meses de edad y a los 3 años en el grupo de niños con lactancias superiores a 6 meses (duración recomendada). Resultados semejantes y con una intensidad parecida se reflejan en el ensayo Effects of prolonged and exclusive breastfeeding on child height, weight, adiposity, and blood pressure at age 6.5 y: evidence from a large randomized trial.

En el lado opuesto, el estudio más reciente, en 2016, titulado Does breastfeeding duration decrease child obesity? An instrumental variables analysis y publicado en “Pediatric Obesity”, encuentra que por cada semana extra que el niño es amamantado de forma exclusiva, la probabilidad de una posterior obesidad se reduce en un 0,66%. Sin embargo, sigue advirtiendo que los factores de confusión no observables pueden conducir a correlaciones entre lactancia materna y obesidad. Es decir, tampoco son concluyentes.

De modo que las pruebas científicas disponibles hasta la fecha no pueden probar un efecto protector de la lactancia materna pero tampoco se puede asegurar que no exista dicho efecto protector. La ciencia, en este sentido, tiene que seguir trabajando. Tengamos en cuenta que la disminución del sobrepeso depende de muchos factores y la modificación de uno solo no supondría un cambio espectacular.