XANDRA ROMERO
SALUD

La cerveza, ¿tan «sana» como la venden?

Tengo un amigo muy fan de la cerveza que cada vez que sale en prensa algún artículo supuestamente científico alabando las propiedades de la cerveza me lo envía con la esperanza, supongo, de que le diga que sí, que es verdad.

Como supondrán, el pobre nunca recibe la respuesta esperada. No obstante, y con toda probabilidad, mi amigo no es el único que quiere creer tales titulares, como que la cerveza hidrata después del esfuerzo físico, que es fuente de innumerables nutrientes de calidad como ácido fólico entre otros…

Primera duda: ¿a quién se debe tanta información sobre el beneficio del consumo de una bebida alcohólica? Pues en el Estado español, es el Centro de Información Cerveza y Salud la principal institución responsable de estas “investigaciones” y de la gran mayoría de las noticias en las que se habla demasiado bien de esta bebida.

Pero vayamos paso a paso e intentemos dresgranar una a una algunas de estas afirmaciones, y comprobar si realmente la ciencia las respalda.

La cerveza ¿hidrata? ¿Es como dicen algunos, una buena bebida de reposición tras el ejercicio físico?

El alcohol es una sustancia diurética, es decir, una sustancia que incrementa la producción de orina. Por cada 50 gr. de alcohol en 250 mililitros de agua, el cuerpo elimina de 600 a 1.000 mililitros de agua en forma de orina. Es decir, el alcohol produce 3 o 4 veces más orina que el líquido ingerido ya que el alcohol inhibe la producción de hormona antidiurética encargada de ordenar a los riñones «que conserven agua».

Queda claro que no es hidratante, más bien todo lo contrario. Aun así, ¿por qué tampoco es buena bebida de reposición?

Las bebidas de reposición vienen definidas como bebidas con sabor que aportan entre 80-350 kcal por litro, carbohidratos (60-80 grs/L), sodio (10-25 mmol/L) y potasio (3-5 mmol/L) para restituir rápidamente líquidos y energía durante y después del ejercicio.

Una cerveza normal aporta unas 460 Kcal por litro, la cerveza tiene pues mayor contenido energético que una bebida de reposición. Así que tampoco sirve para reponer nada más que calorías.

La novedad, sin embargo, llega este año; por fin es noticia un estudio que no deja en buen lugar a la cerveza.

El estudio ha desvelado que la cerveza posee un elevado índice glucémico. Este es un indicador que sirve para conocer el aumento de la concentración de azúcar en sangre que provoca un alimento. Los valores de referencia que usa el índice glucémico son los del pan blanco y la glucosa pura que provocan una importante respuesta glucémica, que se cuantifican como 100. Pues bien, en el estudio Contributors to dietary glycaemic index load in the Nteherlands: the role of beer han calculado la evolución de la concentración de glucosa en sangre tras tomar cerveza y tras tomar glucosa pura, obteniendo un valor de 89 para esta bebida. Así pues, la cerveza se puede categorizar como una bebida de IG elevado.

Traducción: La cerveza dispara los niveles de glucosa e insulina, deshidrata y por si fuese necesario decir más, lo que sí está comprobado científicamente es que el alcohol es teratogénico, neurotóxico, adictivo, inmunosupresor, perjudicial para el sistema cardiovascular, carcinogénico y aumenta el riesgo de muerte.