XANDRA ROMERO
SALUD

Comparativa de nutrientes presentes en los seudoalimentos más populares

Como tantas veces, vamos a hablar sobre publicidad alimentaria, pero en esta ocasión analizaremos concretamente la composición nutricional de ciertos productos de los que se vale la industria alimentaria para anunciar y meter en nuestras casas sus seudoalimentos.

Empecemos por una pregunta fácil: ¿A cuántos de ustedes les han dado churros como desayuno o merienda en un ingreso hospitalario? Sí, en serio, no estoy de broma. Sin embargo, estoy segura de que a nadie, si pregunto: ¿A cuántos de ustedes les han dado para desayunar o merendar galletas María en un ingreso? Aquí la respuesta cambia, ¿no es cierto? Pues no, evidentemente no mezclo churras con merinas ¿por qué saben cuánta grasa tiene un churro? Un 20%. ¿Y una galleta María? Un 20% también. Y no, no la notamos igual, porque la grasa del churro es insaturada, es más líquida y la de las galletas es saturada y por lo tanto más sólida. ¿Y cuál tiene más azúcar? La galleta María.

Vamos con otro ejemplo. Por si no se habían dado cuenta, hace tiempo que los anuncios sobre el famoso Actimel ya no atribuyen sus efectos mágicos sobre nuestras defensas a sus L. Casei Inmunitas; y es que no pueden. De modo que toca decir que no, que ahora es el contenido en vitamina B6 lo que hace tan fuertes a tus defensas. Y cuela porque según el informe de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), un alimento enriquecido en vitamina B6 podrá poner en su publicidad que su consumo puede «ayudar al normal funcionamiento del sistema inmunitario» siempre y cuando aporte el 15% de la cantidad diaria recomendada de dicha vitamina.

Pero ¿por qué comprar un producto con solo 20 mg (15%) de vitamina B6 (añadida por cierto) por botecito (100 ml) y que cuesta 50 céntimos la unidad y no tener en cuenta que en 100 gr de plátano (uno mediano viene a pesar 120-140 gr) hay 0,36 mg de B6, lo que supone un 26% y que cuesta 0,168 euros la unidad?

Además añadiré que hacen falta tres botes de Actimel para alcanzar el contenido nutricional de un vaso de leche.

Pero volvamos a las galletas, aunque esta vez a esas que suponemos aún si cabe, más sanas que las María: las Digestive. Y es que tienen ese nombre que suena tan sano... Pero nada de beneficios digestivos, tanto es así que suelen llevar un asterisco que indica en letra minúscula que la palabra digestive no significa que tengan propiedades digestivas.

Veamos su composición nutricional: cada digestive pesa alrededor de 16 gr, por lo que en cuatro galletas de esta marca hay alrededor de 250-265 kcal. Esto es, si comparamos por contenido calórico, podríamos comer alrededor de 100 gr de pan integral para igualarlo. O bien 80 gr de pan integral con tomate y una cucharadita de aceite. Y, claro, 80 gramos de pan con tomate y aceite abultan y sacian bastante más que cuatro galletas. Además, 100 gr de galletas digestive tienen un contenido en azúcar de entre 16-20 gr, entre 16-21 gr de grasas totales y entre 6-7 gr de proteína. Por el contrario, la misma cantidad de pan integral aporta 5,6 gr de azúcares, 3,4 gr de grasas y 13 gr de proteínas.

Así que les ruego que no se fíen de las declaraciones de salud de la mayoría de seudoalimentos, sobre todo si salen demasiado en la televisión. Compren comida de verdad.