Citizen Of Glass” es el título del tercer álbum de Agnes Obel. La compositora danesa ha logrado su trabajo más consumado y hermoso hasta la fecha, una colección de canciones brillantes de música espectral. Algunos las han comparado con lo que se siente al volar en un avión atravesando las nubes; un paisaje hipnótico y cautivador. Las voces de tonalidad celta se sitúan sobre arreglos de cuerda y piano contrapuestas con las propias voces de Obel en temas como “Familiar”.

Construido sobre una paleta más experimental que su anterior álbum “Aventine” (2013), “Citizen Of Glass” ofrece una ambiciosa colección de bonitas canciones que bien se podrían situar en algún lugar entre Joanna Newsom, Nick Cave, Ludovico Einaudi y la PJ Harvey más actual.

Fue a comienzos de 2015 cuando empezó a trabajar en este nuevo proyecto. Obel tenía claro que necesitaba crear algo nuevo, diferente. Comenzó a grabar canciones en su local de Berlín para desarrollarlas más tarde en los estudios BrandNewMusic, situados en Mitte, con un elenco de músicos totalmente nuevo. Clarinetes y clarinetes bajos añaden profundidad al estremecimiento de violines y violonchelos, mientras que los samples de clavicordios y arpas medievales dan a la totalidad del disco un tono quebradizo. Obel también toca la espineta y la celesta y procesa su voz en el disco lanzándola más baja en algunas canciones, para elevarla después más alto y hacerla sonar entre nerviosa y urgente.

En esta amplia variedad incluye un nuevo instrumento: el Trautonium. Se trata de un frágil sintetizador de electrónica creado en Berlín en la década de 1920 del que solo existen dos modelos. Factura sonidos que se estremecen como el cristal, siendo una referencia conceptual de cómo Obel quería que fuese el disco: audaz, transparente y brillante, pero también frágil y vulnerable.

“Citizen Of Glass” trata sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo vemos a otras personas; de cómo el amor y las emociones funcionan en nuestro alocado mundo, mientras las energías fluyen de un lado a otro. “Stone” habla acerca del poder del amor para enlazar a las personas y sus sentimientos. “Golden Green” reflexiona sobre esa gente que a menudo piensa que la vida de otras personas es mucho mejor que la suya y les hace cambiar la percepción respecto a los demás.

No es que sus canciones en su desnudez sean reveladoras, aunque algunas de ellas resulten muy personales. Obel quiere que sus seguidores tomen estos temas por sí mismos y sientan el poder de sus intenciones, absorber sus resonancias y emociones tanto como le sea posible al oyente. El estado de ánimo que logra transmitir en todo el disco es intenso hasta el final, sus paisajes sonoros son ricos en matices y rompen esquemas para llegar al fondo.

CD AIPAGARRIA

Erik Voeks

“So The Wind Won’t Blow It All Away” • Hanky Panky 2016 • Pop

El sello bilbaino Hanky Panky edita el segundo álbum de Erik Voeks, una colección de deliciosas gemas de pop, que ha grabado y producido con su amigo y batería Patrick Hawley (Pansy Division, Prisonshake, Adam Schmitt). El nombre de Erik Voeks pasó a ser santo y seña de los más avezados catadores del powerpop menos trillado con tan solo 3 singles editados a mediados de los años 90 para dos de los sellos señeros del mejor pop independiente americano de la época (Parasol y Bus Stop); pero sobre todo, por el que hasta ahora era su único disco, “Sandbox” (Rockville, 1993). Pop atemporal es un adjetivo perfecto para hablar de este nuevo catálogo que deleitará a los gourmets de las buenas melodías.