TERESA MOLERES
SORBURUA

Cuidados de otoño

Botánicamente hablando es mucho más gratificante llenar un espacio pequeño con plantas interesantes que plantarlo con hierba. En un jardín reducido, el césped se pisa mucho, se compacta, aparecen cicatrices y parches de hierba seca...; en definitiva, que resulta algo totalmente diferente de la alfombra de terciopelo verde imaginada antes de su plantación. El césped puede ir bien en un espacio pequeño, de esos que se pisan poco, para poder disfrutar de su color relajante y su corte perfecto. En un escenario así, hasta llenarlo de flores le daría un aspecto desaliñado.

En caso de crear un jardín con césped es necesario tomar medidas para que no se forme musgo y, si se forma, eliminarlo. Para ello hay que empezar por barrer o rastrillar todas las hojas caídas, evitando que se pudran. Varios factores contribuyen a la formación de musgo, el primero de ellos es la falta de sol o la abundancia de sombra. Siempre, antes de sembrar, hay que escoger la variedad que mejor se adapte a la semisombra.

Otro factor negativo es el suelo pobre, que con regularidad requiere aportes de materia orgánica en descomposición o fertilizantes. Los elementos esenciales son nitrógeno, fósforo y potasio, sin olvidar el calcio y los oligoelementos. Con fertilizantes equilibrados el césped crecerá sano y vigoroso.

La humedad también favorece la aparición de musgo. Para airear un suelo pesado será suficiente con un aporte de arena después de arañar la superficie. De esta manera, el abono se absorbe y llega mejor a las raíces. Si el suelo es ácido, el musgo se aprovechará invadiendo todo el jardín. Antes de comenzar a tratarlo es esencial verificar su grado de acidez, algo relativamente fácil de comprobar si contamos o compramos un kit de análisis. Un pH menor de 7 indica acidez y se combate con un tratamiento a base de cal. Es importante evitar el uso de sulfato de hierro, que destruye el musgo pero convierte el suelo aún en más ácido por lo que volverá a salir enseguida aún más fuerte.

Los cortes en esta época del año no deben ser muy bajos, ya que favorecen la aparición de musgos bajos. Lo mejor, aunque resulte trabajoso, es cortar la hierba con mayor frecuencia pero subiendo la altura del cortacésped. De esta manera, las raíces estarán protegidas frente a las bajas temperaturas y la hierba de la superficie tendrá más luz para su desarrollo.