TERESA MOLERES
SORBURUA

Lagerstroemia

También llamado “lilas de las Indias o de verano”, este arbusto o árbol pequeño de entre tres y siete metros luce estupendamente bordeando las calles de nuestras ciudades. En Donostia, camino de la estación; en Hondarribia, mirando a la playa, por poner dos ejemplos. Los nuevos híbridos de este árbol soportan bien el clima oceánico con aire marino yodado y son una elección interesante para jardines pequeños. En cuanto a suelos, sus preferencias se inclinan por los pobres, ligeros y bien drenados. Sin embargo, para que salgan sus preciosas flores, exigen sol y calor. Les gusta estar cerca de un muro expuesto al sur y a pleno sol, para aprovechar el calor que desprende el muro. Cuando la floración es pobre, se debe a que los veranos son desapacibles y no necesitan aporte de fertilizantes, que incluso pueden ser perjudiciales.

Al árbol Lagerstroemia se le llama en algunos lugares “lilas de verano” por su floración abundante, en forma de panículos rectos que, según la variedad, irá del rosa pálido al oscuro, y del púrpura al blanco. Florece durante el verano, de mediados de julio hasta setiembre. Añade a su atractivo la corteza del tronco, que se parece a la del eucalipto: marfileña con machas jaspeadas, aunque en invierno adopta tonos más cálidos, mientras que las hojas aparecen teñidas de naranja o amarillo.

Cuando son jóvenes, durante los tres primeros años de su vida y si hace mucho calor, necesitarán riegos copiosos cada tres semanas. La poda se realiza a final del invierno y debe ser fuerte para favorecer una floración vigorosa. A pesar de que los individuos adultos soportan temperaturas muy bajas (entre -10 y -12 grados), a los jóvenes hay que protegerlos en sus primeros años con un acolchado de paja, si bien las nuevas variedades son más fuertes que la original Lagerstroemia indica, procedente de Asia e introducida en Europa en el siglo XVII. Se puede cultivar en tiesto, pero, eso sí, aunque en plena tierra resiste bien la sequedad, en tiesto necesita riegos con regularidad. Por eso, es mejor escoger un tiesto de plástico o barnizado en su interior. Además, le beneficia un aporte de fertilizante en tres tomas durante la primavera para estimular las yemas floreales y, a finales de invierno, agradecerá una poda corta.