IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Después

Cuando el ejército ruso llegó a Auschwitz el 27 de enero de 1945, el mundo descubrió el horror provocado por la Alemania nazi en los campos de concentración, lo que se convirtió en uno de los mayores dramas de la modernidad. El filósofo marxista de la prim&discReturn;era generación de la Escuela de Fráncfort, Theodor W. A&discReturn;dorno, formuló la conocida pregunta en la que cuestionaba si se podía escribir poesía después de Auschwitz. Una de las grandes tragedias históricas que sin duda tiraba por tierra cualquier proyecto de sociedad equilibrada, anulando el anhelo de convivencia y enarbolando una de las mayores atrocidades del siglo XX. Por eso, lo poético parecía entrar en un lugar en el que de ninguna manera podría volver a activar las capacidades de imaginar otros futuros.

Si las vanguardias promovían la ruptura con cualquier precedente para reformular el presente, el exterminio nazi cuestionaba las capacidades de la cultura como cómplice del progreso. Sin embargo, el trauma mundial pareció haberse superado (y a la luz de varios conflictos contemporáneos pareciera que incluso olvidado) y con las segundas vanguardias (1945-1970) el arte asume un nuevo papel más próximo al desarrollo conceptual, el nacimiento del mercado del arte tal y como lo conocemos y la entrada de la posmodernidad.

Desde una visión actual, en esta página hemos insistido en varias ocasiones en un debate que tiene que ver con la proliferación de múltiples maneras de crear y compartir imágenes a gran velocidad. La era de la información, como la bautizó Manuel Castells, es fruto de los avances tecnológicos que se expanden en todos los aspectos de nuestra vida, siendo capaces de alterar nuestra manera de relacionarnos con los aspectos más básicos de la cultura visual. En consecuencia, el presente actual se encuentra en un espacio mixturado en el que las fronteras disciplinares se difuminan y los espacios de exposición han perdido su jerarquía.

Ya desde la fundación de la famosa agencia Magnum en 1947, el fotoperiodismo comienza a acercarse a las fronteras entre la documentación y el arte. A este respecto, la afamada muestra World Press Photo llega al Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz hasta el 18 de noviembre en lo que supone su edición número 61. Las piezas de indudable calidad y atractivo visual soportan sobre su encuadre historias de vida que, en ocasiones, rozan la versión más salvaje de nuestro mundo. La exposición conformada a base de paneles explicativos da buena cuenta de las diferentes modalidades de las que se compone el concurso. Medioambiente, proyectos de larga duración, naturaleza, deportes o noticias de actualidad. Asistir al depósito de aguas del centro alavés no dejará indiferente ninguna sensibilidad. Sin embargo, quizás es conveniente cuestionarnos una posición en la que como público primermundista somos capaces de admirar la pericia técnica, el acierto compositivo y la belleza de un instante cuyo relato nos lleva a uno de los peores lugares posibles. Busquemos de nuevo cuál es el lugar de la poesía y desde dónde debemos atrevernos a reivindicar el acto estético.

Por su parte, BilbaoArte inauguró el pasado 26 de octubre la última muestra individual de este 2018. “Muda” de Uxue López (Bilbo, 1992) propone un análisis consciente del objeto como concepto que va mas allá de la mera forma y su convivencia en el espacio. Estos forman parte de una cotidianeidad y sirven como vehículos para nuestras relaciones. A medio camino entre el diseño, la cerámica o lo escultórico, López parte de un proyecto de largo recorrido llamado “Compuestos” que se sitúa en un terreno experimental desde la escultura y la instalación. La funcionalidad de los elementos es alterada desde la pátina del arte, re-significando sus usos y proponiendo nuevas percepciones hasta el 23 de noviembre.