MIKEL INSAUSTI
CINE

«Once upon a time in Hollywood»

De vuelta a los avances de futuros estrenos es obligado empezar por la película más esperada para el próximo año, ya que el estreno mundial de “Once Upon a Time in Hollywood” se anuncia para el mes de agosto del 2019, coincidiendo con el 50 aniversario de los asesinatos de la familia Manson en 1969. Y es que Quentin Tarantino trabaja con rapidez y eficacia, incluso cuando tiene sobre sus espaldas una superproducción de cien millones de dólares, teniendo en cuenta que el rodaje ha tenido lugar este mismo verano en la ciudad de Los Angeles. El presupuesto está de sobra justificado porque además de la ambientación de época se trata de su realización con una mayor acumulación de personajes, la mayoría históricos, pero con varios estelares inventados para manejar la parte de ficción. El reparto coral resultante es el más ambicioso que el cineasta haya dirigido jamás, fruto de su conocida habilidad para moverse dentro del negocio.

El hecho de que este proyecto iba a ser producido en el 2017 por el ahora defenestrado Harvey Weinstein, lejos de suponerle un inconveniente ante la presión social del movimiento Me Too, le ha granjeado a la postre sustanciales mejoras económicas. Después de trabajar cinco años en la escritura del complejo guion, lo sacó a subasta y fueron Columbia y Sony los estudios compradores con la condición de aceptar las exigencias contractuales de Tarantino. Junto al ya mencionado presupuesto mínimo de los cien millones, debían de dejarle el control absoluto sobre el montaje definitivo, el 25 por ciento de las ganancias brutas en taquilla y la devolución de los derechos de la película a su persona transcurridos entre diez y veinte años de explotación comercial.

Nunca antes un cineasta importante había podido hacer una película sobre los asesinatos de la familia Manson y la conmoción que supuso para el llamado Hollywood hippy, el de finales de los años 60, que ya nunca volvería a ser lo mismo. No es que suponga un tema tabú o algo así, sino que en vida Doris Tate, madre de la malograda actriz Sharon Tate, se consagró a preservar la memoria de su hija frente a los constantes ataques mediáticos por convertir a Charles Manson en un mito criminal y hasta artístico, por aquello de que componía canciones que editores sin escrúpulos querían publicar por encima de todo. Y eso por hablar solo de los directamente implicados, pues las ramificaciones del caso siguen siendo infinitas.

La lista actoral es en consecuencia interminable, así que empezaremos por el trío estelar ficticio, compuesto por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Al Pacino. El primero es un actor de westerns televisivos que no quiere acabar sus días en Almería rodando coproducciones europeas, por lo que aprovecha su vecindad con la ascendente Sharon Tate para buscar una oportunidad junto a su doble de acción y su agente. Quien da vida a la actriz asesinada en pleno embarazo es la australiana Margot Robbie, y como tenía una gran vida social aparece rodeada de invitados en aquel fatídico día, siendo cuestión de suerte que hubiera quienes se salvaron o, por el contrario, acabaran en manos del clan fanático.

En todo este entramado un papel clave es el del anciano George Spahn, por el lado del bando atacante. En principio iba a ser encarnado por Burt Reynolds, que falleció a finales de este verano, siendo reemplazado por el gran Bruce Dern.

Este octogenario ciego era el dueño de un rancho que alquilaba para rodajes de westerns, y que fue utilizado por Manson y los suyos como residencia, cuya ocupación pagaban con favores sexuales de las mujeres miembros. Entre ellas se encontraba la que apodaban Squeaky, y que es personificada por Dakota Fanning. Del lado de las víctimas estaba el estilista Jay Sebring, rol asumido por Emile Hirsch, no sin polémica.