IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Display

En varias ocasiones hemos utilizado en estas líneas un anglicismo que parece haber encontrado un lugar fijo en los textos del arte contemporáneo. Display es una palabra extraída del inglés cuyo significado literal se engarza en la posibilidad de ser visto o mostrado en relación directa con el lenguaje de la pantalla. En nuestro caso, el display se utiliza para referirnos a la manera en que una muestra o una pieza es dispuesta, refiriéndonos normalmente a su ubicación espacial. Sin embargo, el alcance de sus matices va mas allá de una lógica de la posición en el espacio expositivo. Varios son los códigos que inciden en esta cuestión, a medio camino entre el lenguaje escultórico, arquitectónico, comisarial o de instalación.

A esto se suman las intenciones para la organización de flujos de tránsito así como múltiples criterios museográficos que puedan surgir. Va más allá entonces de la mera colocación del objeto artístico. Disponer sobre una pared, no es de por sí un display. De las negociaciones sobre cómo los elementos son expuestos, surgen diferentes líneas que abarcan lugares imprescindibles para las intenciones de la misma. Podríamos asegurar entonces que no hablamos solo de un apoyo a la narración conceptual, sino a un elemento narrativo en sí mismo que juega en un terreno intermedio entre el dispositivo y la propia pieza.

El pasado 1 de diciembre se inauguró en el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera de Donostia el proyecto “Landa Lan. A Documentation of Darcy Lange”. La residencia de comisariado, realizada el pasado 2018 en el centro donostiarra por parte de la cooperativa de artistas Traktora Koop.E. y la colaboración de la comisaria Mercedes Vicente (Barcelona, 1964), supuso el inicio de la experiencia expositiva en torno al legado de Darcy Lange (Aotearoa/Nueva Zelanda, 1946-2005) que puede visitarse hasta el 10 de marzo. Si bien la interesante figura del prolífico creador (pionero del vídeo arte y guitarrista flamenco) podría eclipsar el resultado de su producción, la muestra está gestionada de tal manera que es esta última la que emerge como protagonista. El trabajo como concepto que se liga a las personas que lo realizan, e incluso a la propia gestualidad del hacer, conduce gran parte de los resultados que propone la exposición.

En otras capas de lectura, la carga simbólica de que sean artistas formados en cooperativa quienes en una metódica investigación (iniciada mucho antes que su residencia) den forma al visionado del material, termina de cerrar la coherencia de tal tarea. Ya sobre el espacio, una disposición modular que dirige nuestra mirada nos permite desde una sencilla guía avanzar a través del trabajo de Lange así como de aportaciones de otros artistas tales como Ibon Aranberri, Isidoro Valcárcel Medina, Mierle Laderman o Mary Kelly. Estamos entonces ante una propuesta no exenta de cierto grado de complejidad que, sin embargo, permite ser decodificada desde diversos lugares altamente accesibles para llegar a un relato que merece la pena ser leído.

La galería bilbaína Carreras Múgica presenta hasta el 8 de marzo “El oscuro en su interior”, a cargo de Susana Talayero (Bilbo, 1961). Fiel a su estilo, la sala es ocupada (en ocasiones sobrepasada) con una producción de alto contenido gestual en la que aún parece intuirse la energía del cuerpo que la realiza; con gran carga simbólica que pareciera estar cercana a lo violento y lo tachado. El desborde de las piezas desafía los límites de lo convencional, colgando de techos, ocupando esquinas y márgenes de las paredes, como queriendo hacer que la sala sea el bastidor que sostiene las telas y los papeles y no un escenario donde colgarlos. Los elementos escultóricos (aunque enraizados en la pintura) intervienen directamente en nuestro paseo, recogiéndose sobre sí mismos como un intento de ocultar la intimidad que les da sentido.