BERTA GARCIA
CONSUMO

Los artículos de las «tres R»

En estos tiempos en los que la tecnología avanza a toda velocidad, y los precios de lo novedoso también, la opción por la compra de productos reacondicionados puede resultar una alternativa de ahorro, y más en pleno apogeo y desembolso económico en período de compras navideñas.

Aunque suelen confundirse con artículos de segunda mano porque no son nuevos, los reacondicionados han tenido que pasar por revisiones antes de volver a venderse. Un deterioro en su transporte, que le falte alguna pieza, ser un producto de exposición en el comercio o una insatisfacción del cliente porque no era lo que esperaba, hacen que tras su devolución al vendedor, este lo ponga de nuevo a punto y a precio rebajado.

Un mercado en auge que encuentra su nicho en partidarios de las “tres R” –reducir, reciclar y reusar– o también entre los mileuristas con presupuesto limitado que, pese a todo, no quieren quedarse al margen. Hay mucho donde escoger: los productos estrella suelen ser los móviles y portátiles, aunque la gama se va ampliando al ritmo de los avances tecnológicos. Eso sí, hay que tener buen ojo a la hora de comprar, y más si se hace el pedido por internet, porque también abundan los expertos en timos.

Protección al consumidor. Hay recomendaciones esenciales en las que fijarnos para adquirir un producto reacondicionado, y uno de ellos es, por ejemplo, el tema de la garantía. Si la empresa tiene su sede en el Estado español, esta deberá ajustarse a las leyes de protección al consumidor, por lo que debe de garantizar el producto al menos por un año. En el caso de que no sea así, porque es de otro país de fuera del ámbito europeo, la situación cambia y el consumidor se someterá a sus reglas. También es posible que se amplíe la garantía oficial con un plus de garantía comercial, lo que tiene su aquel si el fabricante no la acepta y se limita a lo regulado.

Y otra clave importante es la cuestión del derecho de desestimiento, es decir, poder ejercer la devolución dentro del plazo de catorce días (o ampliado) si el producto no se ajusta a nuestras expectativas. Busca, compara y compra, preferiblemente con reflexión.