IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Niveles

La búsqueda del significado es uno de los objetivos habituales del público que se enfrenta a la obra de arte. Como si de un jeroglífico se tratara, pretende desgranar los trucos que se plantean ante él hasta poder llegar al fondo y desvelar la magia. Nada más lejos de la realidad. Los modos de mirar y disfrutar el arte no deben asemejarse a un juego de misterio desvelado. El error está en pretender una respuesta concreta ante cada pieza, una explicación que nos centre la mirada y nos descubra la meta final. La creación artística se compone de muchas capas. Los procesos creativos o el trabajo de taller son la prueba irrefutable de que la puesta en escena solo es relativa a una parte del trabajo total mientras el resto queda en la experiencia íntima de la producción. Por su parte, la exposición, el dispositivo por excelencia del arte contemporáneo, se prepara para recibirnos con todas sus herramientas en marcha, iluminación, disposición espacial, arquitectura de sala, todo cuenta en la decisión final que será ofrecida al visitante.

Después, entran en juego múltiples factores. Los materiales utilizados y la propia poética de lo tangible. La intención más o menos narrativa, así como el diálogo con otras piezas y obras. Todo acaba por conformar un terreno en el que nos adentramos y en el que debemos despojarnos de objetivos preconcebidos. El arte no tiene las respuestas, pero sí tiene muchas preguntas. Nuestra propia experiencia vital nos permitirá cerrar el diálogo con aquello que tenemos en frente y permitirá tantos niveles de lectura como miradas. No hay entonces una única manera de acercarse a él, todas y cada una de ellas son tan valiosas como necesarias.

El pasado 5 de febrero, la Sala Rekalde de Bilbo inauguró un nuevo ciclo expositivo dedicado al programa Barriek impulsado por la Diputación Foral de Bizkaia. El elenco de artistas, que fue premiado con esta beca de creación artística, irá conformando una programación que tendrá como escenario el Gabinete Abstracto y su característica sala acristalada que se abre a la alameda de la capital bilbaina. Natalia Suárez Ortiz de Zárate (Gasteiz, 1994) ha sido la encargada de iniciar este nuevo capítulo del programa y lo hace bajo una interesante propuesta titulada “Ai, Puna”. Puede visitarse hasta el próximo 1 de marzo el proyecto presentado por la artista gasteiztarra. El espacio de la galería alberga una serie de propuestas pictóricas, en su mayoría de mediano y gran formato, que poseen entre todas ellas una gestualidad reconocible. La abstracción se nos presenta como un desafío visual en el que masas de color, texturas y formas conviven en cada pieza. Si bien el trazo puede remitirnos a movimientos instintivos, que los hay (como en toda la pintura), cada tela denota un tiempo y un ritmo propios, en el que existen dudas, certezas y decisiones. En un lado del espacio, dos pequeños cuadros parecen pasar desapercibidos ante la grandilocuencia de los lienzos principales. Sin embargo, desde su posición son capaces de cerrar con voz propia una composición global de la disposición de la sala.

El Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Iruñea recibe por tercera vez a Juan María Sukilbide (Iruñea, 1961). “Ahora de nuevo” podrá visitarse hasta el próximo 15 de marzo y reúne más de una veintena de obras marcadas por el uso del acrílico y el rotulador como técnicas principales. Entre ellas, existe una relación marcada por los signos y la simbología utilizada por el artista. Una importante carga cromática sirve como hilo conductor para un proyecto que huye de la decodificación inmediata y que se acomoda precisamente en esa relación entre el significante y el significado. Entre lo que se muestra y lo que se interpreta.