BERTA GARCIA
CONSUMO

Alquiler vacacional

Los apartamentos turísticos resultan una opción interesante para aquellas personas que gustan de una cierta autonomía ajena a horarios y reglas hoteleras, y más si cabe en este verano lleno de inconveniencias. Cierto es que se han disparado los precios –por aquello de recuperar lo perdido en la temporada de Semana Santa y Pascua–, pero buscando sin prisas siguen siendo una buena alternativa.

Para empezar, el consejo es que optemos por hacerlo a través de agencias o plataformas seguras evitando en lo posible anuncios de particulares, ya que prevenir es de sabios. Además, si hay que reclamar, este dato es clave a la hora de aplicar la normativa:

– Si es con una agencia o una empresa, el usuario estará protegido por la legislación de consumo, además de la que pueda regir al arrendamiento en sí mismo. 

– Si es con un particular, la relación se basará en la normativa civil del alquiler, aunque, en función de la comunidad autónoma que sea, será de aplicación la normativa turística autonómica. Esto en el mejor de los casos.

La información es importante. Antes de contratar, toda información es poca ya que, si no se conoce la ubicación, el entorno, la cercanía de servicios o transportes y otros aspectos, las fotografías del precioso apartamento no nos servirán de nada. Igualmente es importante el que nos faciliten un teléfono de contacto para cualquier evento que surja, y no olvidemos que debe mediar un contrato, tanto da que sea a través de una agencia o si lo hacemos online, ya que el contrato tiene el mismo valor jurídico.

Respecto al modo de pago, si es por internet hay que recurrir siempre a un medio seguro que proponga la plataforma y que permita dejar un rastro del pago: tarjeta o Paypal, por ejemplo. Es recomendable que la plataforma cuente con algún sello de garantía o de confianza online ante posibles problemas. Si es por agencia intermediaria, se debe poner especial interés en las condiciones de devolución de la fianza y, además, es conveniente que la empresa esté adherida a algún sistema de resolución de conflictos, tipo Juntas arbitrales de consumo.