Teresa MOLERES
SORBURUA

Para niños y adultos

Es tiempo de vacaciones para algunos, los niños están en casa y esta vez más porque a la temporada invernal se le añade el coronavirus. Un buen entretenimiento para ellos, relacionado con la naturaleza, es recoger pepitas de naranja, limón o de pomelo y colocarlas para germinar entre dos capas de algodón que mantendremos húmedos en un plato o recipiente algo hondo. Cuando salgan los brotes con dos hojitas, plantarlos en tiesto y cubrirlo con una ligera capa de tierra.

Otra opción para los txikis es fabricar una bola decorativa de verdor. Para ello hay que escoger una esponja natural lo más gruesa posible; pasarla por agua hasta que se hinche y luego escurrirla hasta la mitad; en los agujeros de la esponja, hincar granos de lino, de portulaca, de trébol rojo o una gramínea. Después, la esponja así preparada se coloca en un rincón de una ventana al sol durante parte del día; regad en fina lluvia todos los días. Los granos no tardarán en germinar, se hinchan y la vegetación crece hasta cubrir toda la esponja que se convierte en una bola verde vegetal.

En el caso de los adultos es tiempo de ir preparando un jardín de rocalla o de plantas alpinas que pueden ser gencianas, saxifragas, espiras, ancolies o de cualquier grano de germinación lenta. Comenzar por preparar una caja de madera poco profunda, de 8 cms como máximo, pero con un buen drenaje de gravilla y arena fina. A continuación, colocar tierra de jardín bien tamizada, mezclada con turba y algo de arena; compactar la tierra y extender encima una capa muy fina de arena; sembrar a mano 2 granos por centímetro cuadrado y de nuevo echar arena y no regar. La caja de madera la colocaremos situada al norte pero fuera del alcance del goteo de cañerías y protegida del viento. En marzo comenzarán a despuntar.

La tierra de los bulbos forzados, jacintos, tulipanes o crocus, debe permanecer húmeda hasta la floración. Después de ella los bulbos ya no se recuperan para su cultivo en el jardín ya que, al haber sido forzados, no son de utilidad. Las plantas que han subido en la oscuridad o que han comenzado su crecimiento forzado pueden colocarse delante de una ventana si se toma la precaución de darles la vuelta un cuarto cada día para asegurar que su crecimiento sea de forma recta y regular.