Se trata de una alternativa interesante a la hora de planificar nuestras vacaciones frente al resto de opciones convencionales (hoteles, apartamentos, etc). Dada la situación actual, muchas personas optan por “ir por libre” aunque renuncien a ciertas comodidades o servicios atractivos del resto de alojamientos. Es su opción.

Las ofertas se encuentran por lo general en internet, a través de webs y portales especializados que –salvo excepciones– tratan de cumplir con la normativa vigente, y ofreciendo solo aquellos inmuebles que, a su vez, tengan en regla los permisos y demás requisitos para realizar este tipo de actividades económicas. Como las competencias en materia de Turismo fueron trasladadas a las Comunidades autónomas (año 2003) hay divergencias entre las normativas respectivas, por lo que es recomendable informarse sobre lo que se exige en la Comunidad de destino.

Requisitos fundamentales. El alojamiento deberá contar al menos con una habitación, baño, cocina y salón-comedor. Cada una de las areas deberá estar totalmente equipada y conservarse en perfecto estado de mantenimiento. Deberá disponer de un número de emergencia para poder llamar y ser atendidos en cualquier momento, también de Hojas de Reclamaciones. El sexo, la raza o la religión no deberán ser criterios para negar el alojamiento al turista.

Ser un piso turístico conlleva la inscripción en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Euskadi (en la CAV) y la asignación de un número, una suerte de DNI del inmueble, que debe constar en toda su publicidad.

Al igual que con cualquier otra contratación que hagamos es importante saber bien con quién contratamos. Si lo hacemos a través de una plataforma somos personas usuarias y si es con un particular la cosa se complicará en caso de problemas porque no rige la Ley de Consumo. Se debe prestar especial atención también al tema de pagos, algunas plataformas tienen su propio canal de pagos pero si optamos por canales alternativos en el caso de surgir problemas la plataforma se desentenderá.