Teresa Moleres
SORBURUA

Proteger a los pájaros

A la mayoría de los pájaros no les gusta el otoño ni el invierno porque hace frío y el alimento escasea. Les ayudaremos en esta etapa cubriendo sus necesidades esenciales relacionadas con el alimento, el agua y la higiene. Podemos colocar refugios, comederos y bebederos distribuidos por el jardín. Respecto a la alimentación, lo que les va mejor son los granos, especialmente las semillas de girasol. Hay que evitar alimentos salados o cocidos y también, la leche. Es bueno proporcionarles grasas animales en bolas suspendidas colgadas de una cuerda; se suelen vender en las tiendas de animales ya preparadas. No se recomienda dejar un exceso de comida, ya que puede pudrirse. Ellos, por su cuenta, buscarán semillas en las malas hierbas, ortigas, dientes de león, cardos…

Los pájaros cuentan con nuestra constancia, se acostumbran a la comida que les proporcionamos y, si la interrumpimos, les dejamos desprotegidos. A partir de marzo ellos ya pueden buscar su comida sin nuestra ayuda. En cuanto al agua, es necesaria tanto para beber como para limpiar sus plumas. Facilitadles un recipiente grande y poco profundo con agua que hay que cambiar muy a menudo, vigilando que no se hiele.

El refugio o nido puede verse infectado de muchas bacterias, especialmente después de la nidificación. Es necesario limpiarlo en profundidad, rascando con una espátula para arrancar toda la suciedad acumulada. No hay que poner serrín, porque absorbe la humedad. Además, hay que mirar que estén bien sujetos y que el techo no deje pasar la lluvia.

Para atraer aves que aniden en el jardín o huerto hay que evitar los insecticidas que, si bien matan insectos, dejan sin comida a los pájaros y los pueden intoxicar. Por el contrario, les irá bien estar cerca del compost, donde encontrarán gusanos y larvas con los que nutrirse. Unos arbustos y árboles con bayas o granos plantados cerca les ayudarán a pasar el invierno. Mejor si son de especies variadas para que los pájaros que se acerquen sean también diversos. Las bayas les van a los tordos y a los estorninos; a los jilgueros les gusta tener cerca un árbol grande para vigilar antes de lanzarse a por la comida; a los petirrojos les encantan las avellanas, a los arrendajos, las bellotas y a los mirlos, las manzanas estropeadas.