Teresa Moleres
SORBURUA

Polémicos eucaliptus

El eucaliptus, Eucalyptus, tiene grandes detractores, pero también fieles defensores. Es apreciado por su rápido crecimiento y sus olorosas y largas hojas verde azuladas. Además, sus flores pueden ser muy decorativas, convirtiendo al eucaliptus en especie ornamental. Este árbol fue introducido en Galicia en 1886 por un misionero de Australia que mandó semillas a su familia. Es una especie invasora, que compite por los recursos del suelo hasta desplazar a las especies autóctonas.

Por sus propiedades físico-químicas impide la formación de humus esencial para la vida de insectos y herbívoros, dejando a aves y vertebrados sin alimento. En los bosques autóctonos hay cuatro veces más aves que en las plantaciones de eucaliptos. Además, necesita grandes cantidades de agua y nutrientes, ocasionando problemas de sequía y fertilidad en los terrenos donde se cultiva.

Los eucaliptos pueden alcanzar hasta 60 metros, con una corteza que se desprende como una piel de serpiente para mostrar la corteza interior lisa. Las hojas contienen un aceite balsámico que es un desinfectante natural. Sirve como descongestionante nasal y para combatir infecciones respiratorias y por ello se comercializa en pastillas, infusiones y para hacer vahos. La facilidad y rapidez de su cultivo le ha hecho muy apreciado en la industria de la fabricación de pasta de papel, pero esta industria conlleva grandes problemas ecológicos.

En un jardín, un eucaliptus solitario admite una vegetación limitada a sus pies, solo flores a las que les gusta la sombra ligera como a las hortensias. Por el interés de su floración espectacular podemos escoger E. preissiania con pompones amarillos y E. macrocarpa con grandes flores rosas, rojas o amarillas. Un eucalipto admite el cultivo en tiesto escogiendo variedades enanas como E. “Baby Blue”; necesitará un lugar soleado al abrigo de los vientos fríos del invierno pero por medio de una poda regular podemos conseguir que adquiera forma de arbolito o bonsái. Otra variedad, E.gunni, tiene hojas redondas pequeñas de tonos azul grisáceo y es muy resistente a las bajas temperaturas. Sus hojas olorosas se cortan y venden para hacer ramos con los que perfumar la vivienda.