Momentos. En esta temporada en la que parece que la locura se adueña del sentido común y de la cordura, los momentos llegan y desaparecen más rápido de lo habitual. En una vida en la que el estrés, las prisas y un ritmo frenético que no deja resquicio alguno a la contemplación de las cosas se adueña de cada uno, se paladea una sensación bastante agria al ver que el tiempo transcurre a una velocidad vertiginosa. Más áspera se vuelve esta cuando lo que se observa es que en ese espacio llamado memoria, cada vez son más los recuerdos acumulados, esos momentos

vividos y que, al igual que el tiempo se nos va casi sin quererlo, ese mismo instante ofrece la oportunidad de reconocer que el tiempo transcurrido acumula ya ciertos años de historia.

En estas épocas en las que las redes sociales y la importancia de la popularidad en estos “espacios” aumenta de forma exponencial, se apagan los luceros que otorgaban su importancia al mero hecho de poder hablar con alguien, o compartir una experiencia con un ser querido. La imagen que ilustra esta página es un buen ejemplo de la importancia que tienen esos momentos, instantes no popularizados externamente, pero infinitamente enriquecedores para cada uno.