Jone Buruzko
Tiempo de carnaval

Kukeri, uno de los carnavales más antiguos del mundo

El Carnaval de Kukeri está considerado el carnaval más antiguo de Europa e incluso también podría ser el más viejo del mundo y aun así no figura entre los más famosos. Esta fiesta, que se celebra en distintos lugares de Bulgaria, tiene en la ciudad de Pernik, a escasos 20 km al Oeste de la capital Sofía, una de las citas más importantes, aunque los pueblos no se quedan atrás, como demuestran estas fotografías tomadas en Yardzhilovtsi.

Distintas secuencias del carnaval de Kukeri, que se celebra en varios lugares de Bulgaria. Estas imágenes fueron tomadas a  mediados de este mes de enero en el pueblo de Yardzhilovtsi. Fotografías: Nikolái Doychinov | AFP
Distintas secuencias del carnaval de Kukeri, que se celebra en varios lugares de Bulgaria. Estas imágenes fueron tomadas a mediados de este mes de enero en el pueblo de Yardzhilovtsi. Fotografías: Nikolái Doychinov | AFP

Los carnavales de Venecia, Río de Janeiro, Santa Cruz de Tenerife, Cádiz, Niza, la colombiana Barranquilla, Nueva Orleans o Colonia son mundialmente conocidos y están considerados los más famosos del planeta por las listas oficiales que agrupan eventos mastodónticos con citas más sencillas como, por ejemplo, la que propone Binche. El carnaval de esta pequeña ciudad valona no tiene la espectacularidad del sambódromo, ni la majestuosidad de los desfiles venecianos, pero como estos también fue nombrado por la Unesco Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad –en su caso hace veinte años–, una distinción de la que también gozan los suizos de Basilea, los normandos de Granville, los portugueses de Podence, los brasileños de Recife, los bolivianos de Oruro, los austriacos de Imst o los húngaros de Mohács.

Entre ellos todavía no ha logrado colarse el de Kukeri, que se acaba de celebrar en Bulgaria, y está considerado el carnaval más antiguo de Europa, e incluso del planeta. Aunque en cuestiones de veteranía hay que andar con pies de plomo, este festival que se realiza entre Año Nuevo y la Cuaresma se remonta a cuando las tribus de Tracios, antepasados de los actuales búlgaros, ya acostumbraban a disfrazarse.

Para estas fiestas, cada participante elabora su propia máscara, por lo que esta es personal, además de multicolor, cubierta con cuentas, cintas y borlas de lana. El balanceo del personaje principal representa el trigo cargado de granos, y los cencerros atados alrededor de la cintura pretenden ahuyentar a los malos espíritus y a las enfermedades. Los disfraces los utilizan los kukeri que son jóvenes solteros o recién casados. Antiguamente se confeccionaban con pieles naturales, aunque ahora van imponiéndose las artificiales entre otros materiales.

Tienen cosas en común con los Joaldunak de Ituren y Zubieta, ellos también bailan y les acompañan enormes cencerros. Coinciden en las cintas de colores, aunque los búlgaros llevan cuernos y máscaras de madera, algunas con mandíbulas que se abren y cierran. Sus abalorios tienen más interpretaciones. Las máscaras representan algo tan universal como la vida y la muerte, el bien y el mal o el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza. Los kukeri practican rituales para impartir salud, fecundidad y buena suerte en pueblos y ciudades, mientras visitan algunas casas en las que se les ofrece pan y vino, porque su presencia es símbolo de prosperidad.