Jone Buruzko
IRUDITAN

Gandhi y la Marcha de la Sal

(Bettmann / Getty Images)

Tal día como hoy, el 6 de abril de 1930, concluía la Marcha de la Sal, una de las protestas ideadas por Mahatma Gandhi -en la imagen señalado por la flecha- que servirían para que en 1947 la India lograra la independencia. Entonces, la sal era algo más que un condimento, pues se utilizaba para conservar alimentos. Con el monopolio de la sal en manos británicas, Gandhi se rebeló ante el abuso de los colonialistas y organizó una protesta pacífica que se inició el 12 de marzo en Sabarmati y concluyó 24 días después. Acompañado de discípulos y periodistas, en el camino se les sumaron seguidores. Recorrieron 390 km hasta que llegaron a la playa de Dandi, donde Gandhi recogió un puñado de sal, un gesto simbólico contra la legislación británica. Ese acto de desobediencia civil tuvo consecuencias. Entre mayo y junio, más de 60.000 personas, incluido Gandhi, fueron detenidas por recolectar sal. Casi un año después, Gandhi y el virrey británico firmaron un pacto para que a partir de entonces los indios pudieran producir sal para consumo personal. El político, activista y abogado, que promulgó la lucha con cero violencia y al que mató un ultraderechista en enero de 1948, tiene su lado controvertido. Aunque quiso reformar la sociedad india incidiendo en el asunto de las castas, en Sudáfrica, país donde vivió, le acusaron de actitudes racistas. También esa costumbre de dormir con niñas y mujeres para demostrar su celibato, que él los calificaba como sus experimentos, levantó ampollas. En estos tiempos, le lloverían denuncias.