Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

Cocinar, un hábito cada vez más en desuso

Comer y cocinar son dos hábitos diarios, al menos el primero, con una importancia evidente en nuestro día a día. La dietista de 7K afronta un asunto de plena actualidad: cada vez se cocina menos, lo que directamente afecta a la calidad de lo que consumimos y a nuestro bienestar en general.

(Getty)

La cocina y la gastronomía son pilares fundamentales de la tradición cultural y la identidad colectiva de un país. En este sentido, los hábitos culinarios no reflejan únicamente las condiciones geográficas y económicas de una zona, sino que también engloban su historia y evolución social. Asimismo, estos hábitos tienen un impacto significativo en la salud de las personas, ya que la nutrición, la elección de alimentos y los hábitos alimentarios están estrechamente relacionados con la gastronomía, influyendo así en el bienestar general.

Y así lo afirma el estudio publicado en “The International Journal of Gastronomy and Food Science”, donde se ha evaluado qué porcentaje de la población residente en el Estado español cocina a diario. Los resultados indican que casi el 60% sigue cocinando todos los días, mientras más de ocho millones de personas lo hacen “muy rara vez”.

Estos datos, dependiendo del ánimo con el que los examinemos, pueden resultarnos alentadores o todo lo contrario.

Lo positivo de estos resultados es que, por un lado, esto significa que vivimos en un sitio en el que la comida no ha perdido su carácter de ritual social, una de sus más importantes funciones. En segundo lugar, y a pesar de que cada vez nos alejamos más de este patrón dietético, estos resultados indicarían que el mantenimiento de los hábitos culinarios sigue reflejando una sólida tradición gastronómica mediterránea.

Y, por último, que un mayor conocimiento culinario se vincula con mayor dedicación y prácticas culinarias más saludables. ¿Y por qué? Pues porque, si nos ocupamos de comprar y cocinar, seguramente usaremos alimentos mínimamente procesados, contrariamente a la cantidad de ultraprocesados que ingieren aquellos que cocinan “muy rara vez”.

No obstante, si lo analizamos desde una perspectiva no tan entusiasta, este estudio también pone de relieve un dato “alarmante”, y es que el número de los que no cocinan nunca o muy rara vez va creciendo de manera gradual desde hace décadas y alcanza ya el 40,9%. Y este parece ser el escenario futuro en el que, según algunos expertos, viviremos. De modo que los que nos ocupamos, nos dedicamos y disfrutamos de cocinar, somos la resistencia.