Mariasun Monzon
gordon parks

EL FOTÓGRAFO DE LOS DERECHOS CIVILES

Narrador de la vida diaria de los afroamericanos en la América de la segregación racial, Gordon Parks (1912-2006) transformó la historia visual de EEUU con su inquisitiva mirada. No lo tuvo fácil, pero su curiosidad intelectual y su innato talento pudieron con las barreras y prejuicios raciales a los que tuvo que enfrentarse.

Gordon Parks fue un chico negro en la América de los años 30 del pasado siglo. Desempeñó mil y un oficios para salir adelante y estuvo cerca de convertirse en víctima de la pobreza urbana y el crimen, pero su temprano talento, así como su gran habilidad para superar barreras, enfrentándose a los prejuicios y la muerte de su madre cuando era un adolescente, le proporcionaron su visado de salida. Fue el primer afroamericano que trabajó a tiempo completo para la revista “Life” y también el primer artista negro que produjo y dirigió una película para Hollywood. «No esperaba hacer todo lo que hice», declaraba unos años antes de morir. «Creo que siempre tuve miedo, miedo de no tener estudios. Todo lo que hice, lo hice por miedo a fracasar».

Su curiosidad intelectual le llevó a ser autodidacta en distintas disciplinas en las que destacó. Además de fotógrafo, fue músico, compositor, escritor, periodista y director de cine. Se podría decir de él que fue un renacentista, pero también un iconoclasta que no cabía en ninguna categoría. Sin importar el medio que escogiera para expresarse, buscaba acabar con los estereotipos, pero sin dejar de comunicarse con el gran público. Al tener éxito muy pronto en su carrera como fotógrafo, y a pesar de carecer de formación académica, se convenció de que podía lograr lo que se propusiera. Y tenía razón.

Nació en Fort Scott (Kansas), en 1912, en el seno de una familia humilde de granjeros. Era el menor de quince hermanos. Su infancia se vio marcada por una América en la que la segregación era una realidad y en la que, desde la propia escuela, se desanimaba a los alumnos afroamericanos a que siguiesen con su formación ya que, al final, su destino sería ser porteros o empleados de limpieza. Con dieciséis años, tras la muerte de su madre, tuvo que trasladarse a otro Estado a vivir con su hermana y trabajar en cualquier cosa que le aportara un sustento. Sobrevivió por sí mismo con múltiples y variados empleos en St. Paul (Minnesota), hasta volcarse en la fotografía cuando tenía 30 años.

EN 1937, trabajaba de camarero en un tren cuando vio por primera vez las fotos de la FSA (Farm Security Administration). Era un reportaje sobre emigrantes y Gordon Parks tuvo claro que ese era su camino. «Vi que la cámara podía ser un arma contra la pobreza, el racismo y otros males sociales, y supe en ese momento que tenía que tener una cámara», declaraba en una entrevista en 1999.&punctSpace;Consiguió una Voigtländer Brilliant de segunda mano por 7,50 dólares, y comenzó su nueva andadura. Con 30 años, logró una beca de la fundación Julius Rosenwald que le permitió entrar en la FAS en Washington, su sueño en ese momento.

 

La FAS, apuesta por la fotografía documental. Después de la Gran Depresión, surgieron en Estados Unidos dos iniciativas colectivas que dejarían una huella fundamental en la historia de la fotografía documental. Una de ellas era la Farm Security Administration (FAS), creada en 1937 como una subdelegación del Departamento de Agricultura para luchar contra la pobreza en la América rural. Entre las iniciativas de este organismo está la campaña fotográfica que se puso en marcha para documentar gráficamente lo que estaba pasando y difundirlo a todo el país.

La iniciativa fue dirigida por Roy Stryker, economista, funcionario del gobierno y fotógrafo, quien defendía que la fotografía documental era mucho más que una técnica; pretendía que sus fotógrafos transmitiesen la significación humana e histórica del tema, para lo que les dio plena libertad a la hora de plasmar la realidad a través de sus imágenes. «La Farm Security Administration (FSA) es la encarnación más célebre de un movimiento más general de cristalización de la corriente documental en el transcurso de la década de 1930. Es a partir de ese momento cuando surge, tanto en fotografía como en el cine, la idea de un género documental, dotado de una teoría, una estética y una historia coherentes», señalaba entonces Stryker.

Fueron muchos los fotógrafos que conformaron el equipo de la FSA, entre ellos Walker Evans y Dorothea Lange, pero también Jack Delano, Arthur Rothstein y Ben Shahn, así como el propio Gordon Parks. Precisamente, una de las fotos más conocidas de este último –si no la más– es “American Gothic” (1940), que tomó durante su breve estancia en la FSA. La foto muestra a una empleada de la limpieza de nombre Ella Watson parada adustamente frente a una bandera norteamericana, con una fregona en una mano y una escoba en la otra. «Con esa foto, Parks quería denunciar la existencia de los prejuicios raciales y la desigualdad en la capital del país. Estaba de mal humor cuando le pidió a la mujer que posara, porque unas horas antes le habían negado el servicio en una tienda de ropa, en un cine y en un restaurante», escribía en el “New York Times” el crítico de arte Andy Grundberg coincidiendo con el fallecimiento del fotógrafo, en marzo de 2006.

 

«Life» y el cine. Tras el cierre de la FSA, Parks comenzó a trabajar como fotógrafo independiente y en 1948 pasó a formar parte de la plantilla de “Life”, donde permaneció hasta 1972. Tenía 36 años y se convertía así en el primer afroamericano que trabajaba a tiempo completo para la legendaria revista. Se le encargaron dos importantes tareas: un reportaje fotográfico sobre las guerra de pandillas de Harlem y fotografiar la última colección de moda de París.

Muchos de los primeros reportajes para la revista, como el de las pandillas de Harlem, fueron una revelación para la mayoría de los lectores de “Life”, predominantemente blancos, y una prueba del poder de la cámara de Parks, que captó el racismo, la pobreza y la vida urbana de la comunidad afroamericana, pero también el glamour de la moda y la alta sociedad. «Su éxito como fotógrafo se debió en gran parte a su persistencia y capacidad de persuasión para fotografiar, ya fueran estrellas de cine, figuras de la alta sociedad o un niño de las favelas brasileñas», escribía Andy Grundberg.

La ira contra la desigualdad social fue la raíz de muchas de sus mejores historias fotográficas, incluyendo su más famoso artículo para “Life”, que trataba sobre un niño enfermo que vivía en una favela de Río de Janeiro. Parks describió la situación de Flavio da Silva en toda su realidad:&punctSpace;en una imagen, Flavio yace en su cama, casi moribundo; en otra, está sentado detrás de su hermano menor, dándole la comida mientras el bebé mete sus húmedas manos en el plato para que no quede nada... Las fotos, publicadas en 1961, causaron tal revuelo que los lectores de “Life” realizaron una colecta y la revista llevó al niño a Denver para su tratamiento y pagó una nueva casa para su familia en Río.

«Primero sufrí la explotación cuando era niño, y la pobreza hasta cierto punto, así como el fanatismo en mi ciudad natal en Kansas», explicaba en una entrevista ofrecida en 2000. «Por eso pienso que lo natural es que use mi cámara para dar voz a aquellos que no pueden hablar por sí mismos».

Gordon Parks trabajó para “Life” hasta 1972, pero paralelamente comenzó a escribir sus memorias, así como novelas, poemas y guiones cinematográficos, lo que le llevó a dirigir películas. Fue el primer afroamericano en dirigir y producir un trabajo pra Hollywood, “The Learning Tree”&punctSpace;(1969), basada en una novela suya autobiográfica de 1963.&punctSpace;En ella habla sobre el racismo, los miedos y el primer amor de un joven negro.&punctSpace;En 1989, la película fue seleccionada, junto a otras 24, para formar parte del Registro Nacional de Cine de EEUU.

Posteriormente, en la década de los 70, sus películas “Shaft” (1971) y su secuela “Shaft’s Big Score”&punctSpace;(1972) dieron el pistoletazo de salida definitivo a lo que se conocería como “blaxpoitation”, un movimiento cinematográfico con la comunidad afroamericana como protagonistas.

 

Regreso a Fort Scott. En 1950, Parks regresó a su ciudad natal, así como a otras ciudades del medio oeste para reencontrarse y fotografiar a sus antiguos compañeros de la infancia. Quería fotografiarles en su cotidianidad veinte años después y, de alguna forma, retomar también su propia historia personal. El reportaje, que llevaba por título “Back to For Scott”, debía publicarse en “Life”, pero por razones que se desconocen, la historia nunca llegó a ver la luz.

Ahora, El Museum of Fine Arts de Boston recupera esas instantáneas, propiedad de la Fundación&punctSpace;Gordon Parks, y las muestra en una exposición que lleva por título “Gordon Parks:&punctSpace;Back to Fort Scott” (el mismo del reportaje). Son imágenes de la vida cotidiana de los ciudadanos afroamericanos en la América de la segregación racial, tomadas años antes de que el movimiento en favor de los derechos civiles tomara cuerpo.

Gordon Parks falleció el 7 de marzo de 2006.&punctSpace;Tenía 93 años. Para entonces, el hombre que no pudo acabar la Secundaria había recibido más de cuarenta doctorados honoris causa de colegios y universidades de EEUU e Inglaterra.

Gordon Parks:&punctSpace;Back to Fort Scott

Museum of Fine Arts Boston

Hasta el 13 de setiembre de 2015

http://www.mfa.org/exhibitions