13 ABR. 2015 LA CARNICERÍA VEGETARIANA SE ABRE PASO CON UNA NUEVA IDEA DE CONSUMO Soja, trigo o lúpulo como alternativa a la ternera, al pollo o al pescado. Esta empresa gipuzcoana de distribución comercializa productos vegetales que se asemejan a los de origen animal. Quiere darlos a conocer entre los ciudadanos mediante su venta a negocios hosteleros. Maitane ALDANONDO Donostia Más allá de un reclamo provocativo, La Carnicería Vegetariana define bien el contenido de este negocio. Situado en el barrio donostiarra de Intxaurrondo, la empresa se dedica a la distribución de productos vegetarianos y veganos en toda Hego Euskal Herria. Pilar Cervera es la propietaria de esta empresa que abrió sus puertas el 10 de diciembre, Día de los Derechos de los Animales. En su primer trimestre de actividad ya supera las expectativas iniciales de su dueña que, a pesar de su falta de experiencia empresarial, se decidió a cumplir un sueño. La Carnicería Vegetariana es una marca de comida creada por el holandés Jaap Korteweg en 2011. Comenzó con una tienda en La Haya, son ya más de 1.000 las sucursales donde se pueden comprar sus productos. Ahora la marca se expande por el mundo. Cervera les sigue en las redes sociales, y el verano pasado les escribió un correo mostrando interés por distribuir estos productos en Hego Euskal Herria. Recibió el sí y se puso manos a la obra. «No tenía ni idea, porque nunca había trabajado en este campo. Ha sido una decisión más emocional que de negocio. Soy vegana y mi sueño es sacar a los animales del menú». Al igual que en las carnicerías convencionales, vende hamburguesas o pollo, pero estos se elaboran, principalmente, a base de soja, trigo y lúpulo. No contienen aditivos, y tanto los sabores como las texturas se logran con especias naturales. Cervera distribuye 16 productos de la marca de los que destaca que «todo es vegetal y, sobre todo, más ético. Imitan perfectamente el sabor, la estética y el color. Es algo fácil de cocinar y da muchas opciones». Los ingredientes tienen una huella ecológica menor que los ganaderos, al aprovechar los campos salvajes o comprar a pequeños agricultores con cultivos ecológicos. Se comercializan en formato pequeño o familiar y vienen congelados desde Holanda. Los principales clientes de la distribuidora son herboristerías, tiendas de productos ecológicos y restaurantes de los cuatro herrialdes. Se está abriendo camino en la hostelería, sector primordial para Cervera, que quiere llegar a toda la ciudadanía. «Creo que está abierta a ese tipo de cosas porque sabe que cada vez más gente está concienciada con el tema de los animales y busca opciones. Para que la gente cambie hay que darle una alternativa real». El principal escollo sigue siendo el precio, ya que son más caros que los alimentos que buscan sustituir. La empresaria ha reducido sus márgenes para no encarecer el producto y espera que al aumentar los pedidos y reducir los gastos de transporte pueda también rebajar los precios de venta. Cuando decidió dar el paso, nunca pensó que fuera a ser tan fácil. «Estoy alucinando de lo bien que me está saliendo todo sin tener ni idea. Tenía mucha ilusión y poco más. La crisis económica desanima y da un poco de miedo, pero estaba convencida». De momento trabaja sola, por lo que no ha podido promocionar su negocio tanto como quisiera. Las redes sociales le han sido muy útiles y, aunque el resultado ha sido muy positivo, está pensando en contratar un comercial que le ayude a dar a conocer sus productos. Reinvierte todo lo que gana, incrementando su capacidad de venta y el espacio de almacenamiento. «Empecé con tres congeladores, ahora tengo ocho, y veo que ya se me queda pequeño hasta el local». Su reto es asentarse, amortizar lo invertido y, si las cosas siguen así, trasladarse a un pabellón. «Estoy feliz. He cumplido un sueño, pero ahora quiero más: que esté en todas partes». Distribuir varios productos, una ventaja para su comercialización Los productos veganos y vegetarianos son cada vez más demandados tanto en comercios como en la hostelería. Sin embargo, su precio sigue siendo un problema. Así lo afirma Pilar Cervera, dueña de La Carnicería Vegetariana: «Estos productos vienen normalmente en paquetitos pequeños, muy caros, y al tener que comprar un poco a varios proveedores, el gasto de los portes aumenta mucho». Por eso, ha decidido dedicarse a la distribución de distintas marcas de este tipo, para facilitar su entrada al mercado al reducir los gastos. Junto con la marca que da nombre a su negocio ha incorporado los postres de Lujuria Vegana y los alimentos de la navarra Sanygran.