19 MAY. 2015 Pixar conquista Cannes con el film de animación «Inside Out» Pixar conquistó ayer sin condiciones el Festival de Cannes con otra de sus joyas de animación, «Inside Out», una película que su director, Pete Docter, reconoció haber «simplificado», pero no «para los niños, que lo entienden todo, sino para los adultos». GARA CANNES Recibida con dos enormes ovaciones en su primera proyección, “Inside Out”, que está fuera de competición en Cannes, es una historia sensible, divertida y triste por momentos, porque refleja todas las emociones y sensaciones de los seres humanos, concretamente de una niña. Una película para la que el equipo tuvo que investigar mucho, como resaltó Docter. «Sabemos que hay una memoria corta que se llena durante el día y una larga con los recuerdos más valiosos. No somos absolutamente fieles a lo que pasa en la realidad, pero hemos trabajado mucho en mostrar los sentimientos y el cerebro tal y como funcionan». Y lo han hecho dejando volar su imaginación, con un cerebro que parece una nave espacial llena de bolas de cristal que contienen los recuerdos y con diferentes espacios que parecen sacados de un parque de atracciones. “Inside Out” es un proyecto «muy especial» pero que desde el principio se percibió «muy difícil de realizar», resaltó el director creativo de Pixar y Disney y gran innovador de la animación, John Lasseter. «Queríamos hacer una película que pudiera hablar al mundo entero y al mismo tiempo hacer algo que no se hubiera hecho antes. Hemos trabajado mucho en las emociones desde el punto de vista científico y sicológico, sobre cómo funciona la memoria y el cerebro», explicó. Portman y Allende Por su parte, Natalie Portman despertó ayer indiferencia con su ópera prima "A tale of love and darkness". El trabajo se basa en el libro autobiográfico del escritor israelí Amos Oz, un oscuro drama familiar en el que Portman se reserva el papel de la madre del literato, mientras que el niño Amir Tessler lo encarna en su infancia. Sobre el documental “Allende, mi abuelo Allende”, su nieta, Marcia Tambutti, comentó que nunca oyó a nadie criticarle, para matizar que «tenía algo de miedo a abrir heridas». Añadió que «él tuvo conciencia de su personaje público desde muy joven, porque una meta de su vida era hacer historia».