28 SET. 2015 DESDE LA GRADA Brazaletes Joseba VIVANCO Dicen que fue José Ángel Iribar quien se lo propuso al resto del equipo. El 27 de setiembre de 1975 se consumaron los cinco últimos fusilamientos del régimen de Francisco Franco: Jon Paredes Txiki (21 años) y Ángel Otaegi (33), miembros de ETA, junto a José Luis Sánchez Bravo (22), Ramón García Sanz (27) y José Baena (24), militantes de la extinta FRAP, de extrema izquierda. Dos días después, el Athletic se presentaba en el estadio de Los Cármenes para medirse al Granada. Y antes de saltar al césped, tomaron la decisión: salir portando brazaletes negros. Mañana se cumplirán 40 años de aquel gesto. Iribar, Lasa, Astrain, Goikoetxea, Escalza, Villar, Irureta, Rojo II, Dani, Amorrortu y “Txetxu” Rojo fue el once rojiblanco, todos ellos con el distintivo de luto en la manga. El propio Iribar lo cuenta en su biografía ‘‘La alargada sombra del Txopo’’ (Alberdania, 2012). «Salimos con brazaletes negros pese a que nunca lo habíamos hecho en un partido fuera de casa. Los responsables del Athletic que se desplazaron con el equipo tuvieron que soportar un montón de preguntas y de amenazas. Al final, intentando salir de aquella situación incómoda, dijeron que el motivo era el aniversario de la muerte de un exjugador que también había sido directivo». Se trataba de Luis Albert, quien había jugado en el Athletic a principios del siglo XX, llegando a jugar 8 partidos del campeonato regional y consiguiendo un gol. Pero el guardameta rojiblanco da más relevancia al gesto que tuvieron otros dos jugadores, uno de ellos vascos. Fue el día anterior, en El Sardinero. Aitor Agirre – que luego sería fichado por el Athletic– y el valenciano Sergio Manzanera. Ambos decidieron salir con «cinta negra de las botas» ante el Elche. Casi nadie se percató, casi nadie menos el delegado gubernativo, que preguntó al presidente racinguista, que lo desconocía. Ambos acabaron al día siguiente en comisaría, después de que la Policía les obligara a quitarse el brazalete durante el descanso. «Que lo haga este –por Agirre–, que es vasco, vale, pero tú que eres valenciano, a qué coño te metes en esto», recuerda Aitor los comentarios de los policías, en ‘‘Futbolistas de derechas’’ (Léeme Libro, 2013) Ambos fueron multados con 300.000 pesetas por alteración del orden público. Solo –eran varios meses de sueldo– pagaron 100.000 después de que prosperara un recurso y muriera el dictador. Los dos jugadores estuvieron amenazados por la extrema derecha, pero siempre fueron respaldados por la Directiva del club cántabro, especialmente por su presidente José Manuel López-Alonso Polvorinos. «La gente del fútbol no suele tomar posiciones conflictivas, pero sí había jugadores, sobre todo del Athletic y la Real Sociedad, que nos ofrecieron ayuda. De los equipos no recuerdo que ninguno se significara», contaba Sergio en 2005 en ‘‘El País’’. El resultado final de aquel Granada-Athletic fue de 2-1 a favor de los nazarís entrenados por Miguel Muñoz, mientras que el gol de los dirigidos entonces por Rafa Iriondo lo anotó, a centro de Javier Escalza, un jovencísimo Andoni Goikoetxea, que sorteó al portero vasco Izcoa, auténtico muro ese día. ¿Y El Racing? Ganó también 2-1, los dos de Aitor Agirre...