26 OCT. 2015 CRÍTICA «El marido de mi hermana» Brosnan representa la total decadencia del «gentleman» Mikel INSAUSTI No hay más que fijarse en el baile de títulos que viene soportando la película, para darse cuenta de que los distribuidores no saben muy bien qué hacer con ella. En Gran Bretaña se estrenó con el título original de “How to Make Love Like an Englishman”, traducible a la usanza de los años 60 por “Cómo hacer el amor como un inglés”. En los Estados Unidos se lo cambiaron por un aséptico “Some Kind of Beauty” y en el mercado latino la conocen como “Los caballeros no tienen memoria”, que francamente no llego a entender. Y en el Estado español, fieles a la costumbre de resumir el contenido argumental ya en el título, se han quedado con “El marido de mi hermana”. Tom Vaughan es un realizador de la televisión británica que fue reclamado por Hollywood a raíz del éxito comercial de “Un chico listo” (2006), protagonizada por James McAvoy. Al otro lado del charco ha dirigido las películas de saldo “Algo pasa en Las Vegas” (2008), con Cameron Diaz y Ashton Kutcher; “Medidas extraordinarias” (2010), con Brendan Fraser y Harrison Ford; y “Peligrosamente infiltrada” (2012) al servicio de la cantante e ídolo caído para adolescentes Myley Cyrus, también conocida como Hannah Montana. Para rematar su carrera transoceánica llega “El marido de mi hermana”, que comienza en Londres y sigue en la soleada California. El cartel suena, y suena mucho, pero a costa de un trío estelar venido a menos. Ni Pierce Brosnan, ni Salma Hayek, ni tampoco Jessica Alba atraviesan su mejor momento. Esta chica vive de recuerdos, porque encarna en la ficción a una joven de 21 años, cuando en realidad tiene ya 34 cumplidos. De ahí que todo se haga tan inverosímil, a pesar de que el argumento trata de ceñirse a los tópicos de la comedia romántica basada en una relación triangular. A Salma Hayek la tenemos que creer como novelista y a Brosnan como un sesentón de Cambridge que seduce a sus alumnas extranjeras.