27 DIC. 2015 Solo los once metros rompieron el equilibrio El avión regresó de Barcelona con más peso. La selección de Juanjo Arregi se hizo con el trofeo que le acredita como ganador del duelo con Catalunya, aunque necesitó el añadido de la tanda de penaltis para acabar con la igualdad que volvió a caracterizar el enfrentamiento. Amaia U. LASAGABASTER CATALUNYA 1 EUSKAL HERRIA 1 Tuvo que ser a penaltis. Algo se olieron las federaciones responsables, que decidieron guardarse ese as en la manga para deshacer el entuerto. Euskal Herria y Catalunya parecen emperradas en prolongar la historia de amistad iniciada en Lasesarre y, como entonces, completaron los noventa minutos con el marcador equilibrado. Por los pelos, porque el gol del empate catalán llegó en el descuento, pero igualado a fin de cuentas. Realmente solo durante un cuarto de hora pareció que aquello pudiera acabar de otra manera. El que transcurrió desde que Naiara Beristain, con un buen disparo en el área pequeña, adelantara a la selección –lo que le convierte, de paso, en la máxima realizadora con la camiseta tricolor, después de los dos tantos que marcó ante Irlanda hace año y medio en Garmendipe–, hasta que Marta Corredera, siempre lista, restableció el empate con el noventa recién rebasado. Las mayores emociones, junto a la ruleta rusa de los penaltis, de un encuentro sin demasiada historia y que tuvieron su contrapunto en la lesión de Nekane. La delantera del Athletic chocó con Marta Torrejón en una acción fortuita a cinco minutos del descanso y se retiró con la rodilla izquierda lastimada. El partido se desarrolló con la misma sensación de equilibrio que dejó el enfrentamiento anterior. En un partido, curiosamente, menos atractivo que aquel, pese a que las condiciones en el Mini Estadi fueron infinitamente mejores que las que sufrieron las futbolistas en Lasesarre. Pero la falta de profundidad que acusaron ambas escuadras, sobre todo la vasca, provocó que el encuentro transcurriera sin apenas sobresaltos en ninguna de las dos áreas. Posesión inofensiva Aunque ambos equipos quisieron dejar patente su gusto por la posesión y el juego, fue el de Natàlia Arroyo el que se hizo con el balón. Casi en exclusiva en un primer tiempo en el que ni la debutante Andrea de la Nava ni Mariajo Pons tuvieron demasiado trabajo. Apenas se contabilizaron un par de escapadas de Nahikari por parte vasca, mientras las locales percutían por la derecha, aunque el buen trabajo de dos centrales que se conocen bien, Irene Paredes y Garazi Murua, evitó que proliferaran las opciones de remate. El choque fue languideciendo tras el descanso. El habitual rosario de cambios permitió que se mantuviese el tono físico pero restó continuidad al juego. El equipo de Juanjo Arregi se vio más cómodo, ante un rival que no veía por dónde entrar, y además aprovechó su oportunidad para adelantarse. Un centro de Esti Bajo, que peinó Itxaso Nabaskues para el remate de Naiara Beristain. Con un cuarto de hora por delante, el partido parecía acabar ahí pero en el descuento, Marta Corredera aprovechó un error de la zaga para empatar. Volvía el equilibrio, que solo los penaltis pudieron romper.