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EL PROCESO CATALÁN, EN VILO

El No de la CUP a Mas aboca Catalunya a unas nuevas elecciones

Más de tres meses después del 27S, la CUP dio ayer su definitiva negativa a la investidura de Mas, lo que lleva a Catalunya a la convocatoria de nuevas elecciones, dado que Junts pel Sí rechaza presentar otro candidato. Si nada cambia en una semana, los comicios se convocarán de forma automática el 11 de enero y se celebrarán en marzo.


Listo. Después de tres meses de idas y venidas, la CUP dio ayer su No definitivo a la investidura de Mas. Y sin que apenas transcurriesen dos horas desde el anuncio de la decisión, Junts pel Sí descartó, según medios catalanes (no lo hizo de forma pública), convocar un pleno de investidura con otro candidato. Los optimistas irreductibles tienen todavía una semana para tratar maniobras improbables, pero todo indica que los casi dos millones de votos independentistas del 27S no habrán servido para prácticamente nada. Lo mismo que la Declaración de ruptura del Parlament (y su anexo de blindaje de los derechos fundamentales), cuya suspensión por parte del Tribunal Constitucional dejaba a Catalunya a las puertas de la desobediencia efectiva. Todo esto será papel mojado el lunes 11 de enero, cuando se convoquen elecciones al Parlament automáticamente dada la falta de acuerdo para elegir un president.

De hecho, la batalla se situó ayer mismo en el relato. A nadie le interesa aparecer como el responsable del desacuerdo, y menos a las puertas de unas nuevas elecciones. Tras la reunión del Consell Polític de la CUP, el diputado Sergie Saladie apuntó: «Hay mayoría por la independencia, pero no hay consenso sobre este candidato de Junts pel Sí. Por lo tanto, la pelota está en su tejado, el famoso ‘#pressingcup’ cae sobre el otro lado». «Mas dijo que nunca sería un obstáculo para la independencia», recordó.

Pero Junts pel Sí, artefacto electoral con luces y sombras de muy difícil repetición, no tiene tejado, sino frontón. Apenas una hora tardó en filtrar a diversos medios que no contempla cambiar de candidato y que asume ya la convocatoria de nuevas elecciones. La pelota, por tanto, no está ni en un tejado ni en el otro, tampoco en el aire. Simplemente no hay pelota en juego.

No faltó quien recordó que si Mas diese un paso a un lado, habría acuerdo. De la misma forma en la que si la CUP aceptase la investidura de Mas estaríamos ya en otro escenario muy diferente. Fue un espectáculo poco digno de admirar ver cómo unos y otros trataban de escudarse bajo estas obviedades para evitar asumir las consecuencias de sus decisiones.

Seis opciones sobre la mesa

Un centenar de personas, entre diputados, miembros del secretariado nacional, de las asambleas territoriales y del Grup d’Acció Parlamentaria (GAP), se dieron ayer cita en el Consell Polític que la CUP celebró en el centro cívico Pere Quart del barrio de Les Corts de Barcelona. El objetivo: solucionar el increíble empate a 1.515 votos con el que concluyó la asamblea extraordinaria celebrada en Sabadell el pasado 27 de diciembre.

La decisión, de todos modos, quedaba en manos de los 57 votos de las 13 asambleas territoriales y de los 10 votos del GAP, en el que participan las organizaciones y entidades que formaron parte de la candidatura de la CUP-Crida Constituent el 27S. Por lo tanto, 68 votos en juego. Encima de la mesa: dos propuestas del secretariado nacional (una a favor y otra en contra de la investidura) y otras cuatro que las asambleas territoriales presentaron ayer después de reunirse durante el sábado. Dos de estas cuatro nuevas propuestas conducían a la investidura de Mas, otra iba directamente en contra y la última abogaba por dar libertad de voto a los 10 diputados en el Parlament.

Tras una primera votación, en la que se pudo votar más de una opción, quedó claro el panorama: las dos únicas opciones con mayoría absoluta fueron las dos contrarias a las investidura. En la segunda votación, se impuso (por 38 votos a favor, 22 en contra y seis abstenciones) la propuesta del secretariado, que dejaba abierta la fórmula del No a la investidura: o cinco votos a favor y cinco en contra, o diez abstenciones. Finalmente, el Consell Polític optó por la segunda opción, en una decisión más que nada anecdótica: un no es un no.

Recoser la fractura

En la rueda de prensa posterior al Consell Polític, la diputada Gabriela Serra, que se proclamó convencida de que el proceso independentista «ni empezó el 27S ni se acaba ahora», consideró que lo «podían haber hecho mejor, pero también mucho peor», y apuntó: «Ha sido duro. ¿Alguien piensa que ha sido fácil?». Con el partido prácticamente dividido en dos, habrá que ver cómo se recosen las heridas producidas internamente a lo largo de estos tres meses. Las desenfrenadas muestras de júbilo por parte de los seguidores del No a Mas no ayudaron demasiado. De momento, según señaló el ‘Ara’, el que fue cabeza de lista el 27S, Antonio Baños, se está planteando renunciar.

También fueron varios los cargos públicos de la CUP que lamentaron la decisión final del partido. Es el caso de los alcaldes de Celrà (Barcelona), Dani Cornellà, y de Argentona (Barcelona), Eudald Calvo, que a través de las redes sociales señaló: «La CUP no ha estado a la altura del momento. Os pido disculpas. A seguir trabajando por la independencia». Más contundente se mostró el concejal en Arenys de Munt David Caldeira, que anunció de esta manera que deja el partido: «Definitivamente, la CUP entierra el proceso y se alinea con el españolismo. Desde Arenys de Mar, ¡adiós!».

 

Alegrías y decepciones sin freno tras la decisión del Consell Polític

Han sido tres meses de agonía, por lo que la decisión final de la CUP en contra de la investidura de Artur Mas desató ayer todo tipo de reacciones. A favor y en contra, todo el mundo sacó lo que tenía dentro. Entre las primeras, la presidenta del Parlament, expresidenta de la ANC y símbolo del proceso, Carme Forcadell: «Siempre he pensado que al final la CUP ayudaría a hacer realidad el mandato democrático del 27S. No ha sido así. Me equivoqué, y mucho». En la misma línea se manifestó su sucesor al frente de la ANC, Jordi Sánchez, al que parte del independentismo acusa de falta de imparcialidad: «A todos los que confiaron en la ANC cuando pedimos el voto a cualquier opción independentista el 27S y hoy os sentís engañados, os pido perdón». De hecho, la Assemblea se reunirá hoy mismo para «buscar fórmulas de unidad» de cara a las nuevas elecciones. Más comedido y voluntarista, el nuevo presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, consideró que «todo se podría retrasar, pero nada se para, al otro lado sigue el ‘no’ a todo. Venimos de lejos».

Al otro lado del tablero, la entidad unionista Societat Civil valoró «positivamente la negativa definitiva de la CUP (...) en la medida que acelera el fracaso de la hoja de ruta separatista de JxSí». Los partidos unionistas no tardaron en sumarse a la alegría y a las prisas. «Ya hemos perdido suficiente tiempo, dinero y oportunidades en Cataluña con este debate que nos divide», apuntó la cabeza de lista de Ciutadans en Catalunya, Inés Arrimadas. Muy en la línea de su homólogo en el PP, Xavier García Albiol: «En cinco años cuatro elecciones en Cataluña, 3 de ellas anticipadas. Nuestro proyecto pasa por devolver Cataluña a la normalidad».

Y mientras medios internacionales se hacían eco de la probable convocatoria de nuevas elecciones («El movimiento independentista de Catalunya se debilita», tituló ‘Reuters’), el falso centro del tablero representado ahora por Podemos e ICV-EUiA se frotó ayer las manos. Pocos dudan de que son los principales beneficiarios de una nueva convocatoria electoral, que llegará tras el triunfo de En Comú Podem el 20D. Sin clave plebiscitaria y con un papel protagonista (aun sin concretar) de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, los resultados a los que aspira en medio de las dudas independentistas son notables. El que fuera cabeza de lista de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, sacó pecho y señaló que «quien quiera hacer posible la independencia debe aliarse con fuerzas partidarias de la justicia social y el derecho a decidir, no hay atajos». También apuntó que «es necesario formar una mayoría de progreso que haga posible el rescate ciudadano, el proceso constituyente y el referéndum». Un referéndum, por cierto, que el cabeza de lista de En Comú Podem el 20D, Xavier Doménech, se encargó ayer de recordar que no contemplan celebrar de forma unilateral «en caso de no conseguir el referéndum pactado».B.Z.