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DE REOJO

Se escapa


El tiempo se fuga, se escapa, sucede, nos deja ante el misterio y nos devuelve a la realidad. Se nos ha ido Kontxu Odriozola y la paradoja es que ha sucedido a los pocos días de la certificación oficial del fin de “Goenkale”, la serie que ella caracterizaba, la que a ella le dio estabilidad, con un personaje entrañable, reconocible, Maria Luisa, que incluso parecía que era ella misma, porque tenía siempre ese aire maternal, acogedor, esa conversación confortable, esa mirada reparadora.

De no saberse que estaba herida, se podría hacer el hilo de que una cosa es consecuencia de la otra, pero se la recordará siempre por esta serie, por este personaje y es una de las bondades que a veces tiene la televisión en cuanto al reconocimiento de las actrices. Porque sin esta serie, sus películas, sus proyectos teatrales, que fueron muchos y muy importantes, no dejan tantos rastros ni en la memoria ni en la hemeroteca ni en la videoteca, lo que haría de Kontxu, una ilustre desconocida del gran público.

En estas últimas semanas van muriendo coetáneos nuestros de diferentes gremios artísticos y cuando leemos sus obituarios sentimos una sensación rara, extraña: no son jóvenes, son personas frisando la setentena, es decir se nos quedó grabada una imagen de un grupo de rock, de una actriz en su espléndida treintena, pero se nos van siendo viejos, como algunos de nosotros, por lo que sin aliviar para nada el dolor, sí nos recuerda que el tiempo pasa inexorable y por muchos que nos repitan series y películas, resulta que al lado nuestro vemos como nuestra gata ya no salta como antes. A veces la televisión provoca un eclipse sobre el tiempo, un bálsamo contra el inexorable destino de toda vida, ese mar que llamamos muerte. Con admiración y respeto a la persona y a la actriz, un abrazo a sus familiares y amigos.