GARA Euskal Herriko egunkaria
NBA

El banquillo de los Warriors da el primer golpe de la Final

El mal día de Curry y Klay Thompson lo tapaban los reservas, en especial ShaunLivingston, autor de 20 tantos. Iguodala también supo frenar a LeBron James.


Que Stephen Curry anotara 11 puntos y Klay Thompson 9 pudiera terminar siendo sinónimo de derrota para los Golden State Warriors. Pero no. El banquillo de los vigentes campeones dio un paso adelante y se anotó el primer tanto de la Final de la NBA, tras imponerse a los Cleveland Cavaliers por 104-89.

Mientras los reservas de los Cavs se quedaban en solo 10 puntos encestados, los de los Warriors anotaban 45. El base reserva Shaun Livingston conseguía un récord personal en play offs al firmar 20 puntos, mientras que el brasileño Leandrinho Barbosa aportaba 11 tantos con cinco lanzamientos encestados de otros tantos intentos.

Andre Iguodala fue otro de los factores desequilibrantes del banquillo californiano. El MVP de las últimas Finales volvió a pegarse como una lapa sobre un LeBron James que rozó el triple doble –23 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias–, pero que llegó a la recta final del partido más cascado de lo que le gustaría. El trabajo de Iguodala, empero, no se limitó a la defensa, ya que sumó 12 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias, un robo y un tapón.

«Estuve lesionado seis partidos durante la fase final y eso no impidió al equipo seguir por el camino ganador. Porque no se gana un campeonato sin la aportación completa del equipo, que haga la diferencia en cada partido», declaraba Stephen Curry al concluir el partido disputado en el Oracle Arena de Oakland. «Estamos de nuevo en las Finales por esa filosofía de juego y puesta en práctica en el campo», recalcaba.

Parcial de 21-4

Por ello, pese al mal día de los Splash Brothers, los Warriors se mantenían con pequeñas ventajas. La diversidad de su anotación –siete jugadores encestaban 10 puntos o más– contrarrestaba el partidazo del Big Three de los Cavs, con 26 puntos para Kyrie Irving y 17 más 13 rebotes de Kevin Love.

LeBron, a pocos minutos del final del tercer cuarto, adelantaba 67-68 a los Cavaliers, y Steve Kerr, enojado con lo que veía en la pista, destrozaba una pizarra de un puñetazo durante un tiempo muerto. Parecía que se torcían las cosas para los de Oakland, pero nada más lejos de la realidad. Para cuando los Cavs parpadearon, perdían por 88-72 mediado el último período, tras encajar un parcial de 21-4.

Habían sido los suplentes los que habían disparado la ventaja de los vigentes campeones, aprovechando el cansancio de las estrellas de la franquicia de Ohio, y burlando la vigilancia diseñada por Tyronne Lue.

«Cierto que he anotado puntos importantes, pero la clave estuvo en la buena defensa que hizo el equipo al controlar las acciones de LeBron, que al final no pudo ser factor ganador», comentaba Shaun Livingston, que recordaba que «nuestro eslogan dice muy claro que creemos en la fuerza de todos y por lo tantos nos apoyamos uno al otro a la hora de luchar por el triunfo».

«Jugamos con una gran número de jugadores y demostramos el talento con el que cuenta nuestro banquillo, que hizo posible la aportación de los puntos que necesitábamos», remachaba Steve Kerr tras el partido.

Todo sobre NBA