Cavendish cumple el objetivo de vestirse su primer amarillo

El ciclista de la Isla de Man nunca había sido líder del Tour y cuando no entraba en los pronósticos fue capaz de superar a los favoritosKittel, Sagan y Greipel. Contador sufrió una dura caída que llevó a todos los equipos a tomarse con más tranquilidad el final de etapa.

Marc Cavendish celebró ayer su vigesimoséptima victoria de etapa en el Tour como ninguna otra porque le permitía cumplir su mayor objetivo para este mes, vestir el maillot amarillo por vez primera en su carrera.

El ciclista de la Isla de Man lleva 45 victorias de etapa en grandes vueltas, ha ganado la regularidad en las tres, había vestido el maillot de líder en Giro y Vuelta, pero se le resistía el amarillo del Tour. Antes de la etapa decía en una entrevista que ése era su objetivo y lo logró además con autoridad por delante de los corredores –Kittel, Sagan y Greipel– que en todos los pronósticos estaban por encima.

Fue la victoria más humana de Cavendish con el maillot de un equipo que además trasmite unos valores diferentes como el Dimension Data africano. Desde su juventud ha sido un corredor con un carácter desagradable, que irritaba a sus rivales por los riesgos que asumía en los sprints y ayer, junto a sus hijas y tras un sprint muy limpio, trasmitió una imagen de humanidad en el podio, emocionado y con la humildad que le ha llegado a los 31 años después de ver que había perdido su hegemonía en los sprints del Tour.

Había ganado cuatro etapas en su debut en 2008, seis en 2009, cinco en 2010 y 2011, tres en 2012 y dos en 2013, pero en los últimos dos años apenas había podido sumar una el año pasado. Por eso ayer fue una sorpresa una victoria que le permite situarse a una de las 28 etapas que ganó Hinault y a seis del récord de 34 en el Tour de Merckx.

Caída de Contador

La etapa estuvo marcada por una fuga provocada por los Bora Barta y Voss, que encontró el premio del maillot de la montaña, y en la que también entraron Howard (IAM), Delaplace (Fortuneo) y Howes (Cannondale) y por una dura caída de Alberto Contador en una curva al encontrarse una isleta tras una rotonda y chocar Rowe con él.

El madrileño sufrió un duro golpe y heridas en el hombro derecho, pero no fracturas. El pelotón no quiso aprovecharlo para distanciarle y estableció una tregua tras su caída, que se produjo en unos momentos de mucha tensión en la que todos quisieron ir adelante en una zona de viento, rotondas e isletas. La caída frenó la batalla, pero la menor tensión no impidió que se registraran más. La última en el sprint que motivó que el grupo entrara cortado, aunque al final los jueces dieron el mismo tiempo a todos los favoritos.

Primera llegada en subida en Cherbourg

La segunda etapa entre Saint-Lô y Cherbourg, de 183 kilómetros, presenta una subida de Tercera a la cota de la Glacerie en su tramo final con 1.900 metros al 6,5%, que se corona a 1.500 metros de la llegada y que presenta 500 metros al 10% y una máxima pendiente del 14%. Tras coronar hay un pequeño descanso y se afronta una última rampa de 700 metros al 5,7%, que casi completan una subida de tres kilómetros que se antoja excesiva para los sprinters puros y propicia para Matthews. La etapa presenta otros tres puertos de cuarta, continuas subidas y bajadas y carreteras estrechas. La llegada en alto va a obligar a los favoritos a estar en los primeros puestos porque puede haber cortes y diferencias. Eso supone que la tensión va a ser grande por entrar en cabeza en la subida final. J.I