GARA Euskal Herriko egunkaria
CRÍTICA «Eat That Question: Frank Zappa in His Own Words»

El Groucho Marx del virtuosismo musical


Creo sinceramente que de haberse tratado de un documental sobre la música de Frank Zappa no habría ganado en Donostia el premio de la sección Zabaltegi-Tabakalera, pero como esta película de montaje recoge el contenido de sus palabras, ya sea en las letras de las canciones o en las entrevistas, llega a interesar incluso a los que no conocen su legado discográfico ni le vieron nunca en concierto. Hecha la salvedad, y aún no siendo un convencido del documental musical hablado, he de reconocer que cuando se recoge un discurso tan brillante como el de Zappa el resultado no pude ser sino apasionantemente instructivo.

“Eat That Question” posee el valor de un testimonio vivo que no tiene fecha de caducidad, y que por su lucidez y clarividencia vale igualmente para los tiempos que corren. La actitud del músico frente a la sociedad es lo que importa en su caso, porque Zappa queda como un ejemplo de independencia frente al sistema, refrendada por su trayectoria como pionero de la autoproducción. En su actividad paralela de cineasta utilizó esos mimos códigos personales, por lo que convendría recordar que fue el primero en grabar en video su mítica película “200 Motels” (1971), luego transferida al celuloide. Su cruzada contra la censura se considera basada en lo explícito de los textos de sus canciones, pero lo cierto es que tuvo que ver con sus inicios fílmicos, cuando se le enjuició y condenó por realizar una película pornográfica, que en realidad había sido fruto de una encerrona policial.

No es de extrañar por tanto que Zappa tuviera como principal causa la antiautoritaria, a pesar de que se le ha solido acusar de ser contradictorio en tal punto. Y no lo era, puesto que creía en la disciplina musical como vínculo creativo, y a pesar de ser de formación autodidacta tenía como algo común la utilización de partituras, del mismo modo que no permitía el uso de drogas durante las giras.