Fragmentada, violenta y prohibida

El Ministerio de Interior ha incluido por primera vez a una organización de ultraderecha en su lista de grupos «terroristas». En Gran Bretaña existen al menos una docena de grupos neonazis y anti islamistas activos.

Desde hace pocos días es imposible acceder a la página web del grupo ultraderechista National Action. Su cuenta en Twitter todavía existe, aunque no se publican mensajes desde el mes de noviembre. En Google, queda rastro de su lema recientemente adoptado, «Death to Traitors, freedom for Britain» (Muerte a los traidores, libertad para Gran Bretaña), un mensaje que hicieron suyo desde que lo pronunciara Thomas Mair, el autor de la muerte de la diputada laborista Jo Cox, cuando el tribunal le preguntó por su nombre en el juicio celebrado el mes pasado.

National Action es uno de los aproximadamente doce de grupos de ultraderecha existentes en Gran Bretaña, aunque tiene una particularidad: tras ser aprobado por el Parlamento, el Gobierno británico lo incluye en su lista de «organizaciones terroristas».

Se trata de la primera vez que un grupo de ultraderecha es incluido en este listado, y sus miembros y simpatizantes se enfrentan a penas de hasta diez años de cárcel o multas ilimitadas.

Aumento de delitos

«No tiene cabida en la sociedad británica. Es una organización antisemita, homofóbica y que glorifica la violencia», aseguraba recientemente la ministra británica de Interior Amber Rudd, quien se planteó el veto a National Action a raíz de la celebración de la muerte de Cox por parte de este grupo en las redes sociales.

El Gobierno ya ha advertido de que la extrema derecha se está volviendo cada vez más sofisticada y Scotland Yard alertaba recientemente de que los delitos relacionados con el odio a la inmigración han aumentado más de un 70% desde el pasado mes de junio, cuando el Brexit ganó en el referéndum sobre el abandono de la UE.

National Action es una pieza más del puzzle de un movimiento muy fragmentado en Gran Bretaña, sin líder claro y cada vez más violento.

«Aunque la ultraderecha es cada vez más violenta e imprevisible, no hemos visto que el número de simpatizantes se haya incrementado», explica a GARA Matthew Collins, portavoz de Hope not Hate, organización que analiza los movimientos de extrema derecha en Gran Bretaña.

Sin reflejo electoral

En todo el territorio se cuantifican unos 1.500 o 2.000 miembros activos de este tipo de grupos. «Es un movimiento bastante pequeño en comparación con el resto de Europa –explica Collins–, y además no tiene intencionalidad electoral».

A diferencia de otros estados europeos, en Gran Bretaña no ha existido una formación histórica de extrema derecha con objetivos electorales a nivel nacional. «Es cierto que la ultraderecha tuvo su momento álgido en 2009, cuando el British National Party obtuvo dos escaños en el Parlamento Europeo y llegó a tener un millón de votos. Pero al año siguiente, esos resultados se desplomaron».

Precisamente del British National Party nació otro de los movimientos con más presencia en las redes sociales: Britain First.

Zonas industriales

Esta organización antimusulmana y con el fundamentalismo cristiano como bandera, se dedica a invadir restaurantes que sirven carne Halal (un ritual de sacrificio de los animales propio del Islam) y a sus miembros se les ha prohibido acercarse a las mezquitas debido a los disturbios violentos que han causado sobre todo en el noroeste del territorio.

«Es ahí donde encontramos más movimiento de este tipo de grupos, en zonas industriales, en localidades de los alrededores de Manchester aunque también alrededor de Londres y dentro de la propia capital», advierte Collins.

En el territorio de Gran Bretaña, operan otros grupos como Pegida UK, la rama británica del Pegida alemán, Friends of Oswald Mosley, un peculiar grupo a favor del Islam y de la UE, anti EEUU, anticapitalista y prosindicalista, o los neonazis polacos National Rebirth of Poland.