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Fermin Muguruza & Charlat58, caliente inmersión reggae-dub

«Black is beltza ASM Sessions. Irun lion zion in DUB (Vol II)» es la nueva referencia de Fermin Muguruza. No se puede hablar de regreso al dub porque el irundarra ha seguido en contacto con el singular estilo jamaicano desde hace muchos años. En el presente reto se alía con el músico catalán Gerard Casajús «Charlat58», percusionista, productor e ingeniero de sonido, y entre los dos crean un mágico álbum de cromático y profundo universo dub.


Debía de producirse y aquí emerge la colaboración directa Euskal Herria-Catalunya o Fermin Muguruza y Charlat58, a la par la fusión de fuerzas de Talka Records&Films y el sello barcelonés Kasba Records. Por el medio más de una veintena de músicos para dar aliento a diez canciones con el reggae y el profundo sentido rítmico que da el dub, donde las cadencias, los ecos. las voces y la electrónica se funden de forma cálida y circular, como un abrazo.

«Conocí a Gerard Casajús ‘Chalart58’ en la histórica gira Jai Alai Katumbi Express que realicé con Manu Chao en el año 2003. Durante esa gira yo iba recopilando remixes que me estaban haciendo músicos de Bristol sobre temas del disco “In-Komunikazioa”, que recopilé más tarde en el álbum “Komunikazioa-Irun meets Bristol”, a la vez que en los ratos libres, combinaba loops y ritmos gordos sobre todo dub con algunos programas que manejaba en ese tiempo. Gerard ya llevaba unos años como percusionista de Radio Bemba, y además de ser el músico más joven de la banda, devoraba, musicalmente hablando, todo lo que nos íbamos encontrando por el camino. Le pasé entonces uno de los programas que manejaba con unos loops de música reggae y enseñé a construir bases instrumentales de manera básica», apunta Fermin Muguruza.

Para 2004 Charlat58 ya inicia sus primeras grabaciones, unque no sería hasta 2007 cuando su vocación reggae calara, dejando prueba con “Recordings”, para el sello Kasba. No obstante su inclinación por el dub se agudiza a partir de ese disco, sin que cese la pasión la fiebre por el reverb, el delay... y Jamaica.

«Recuerdo –añade Muguruza – como pasaba horas y horas con su ordenador y cascos, y como creó los temas que tras la gira serían el repertorio de la banda que formaría con su compañera Miryam “Matahary”, La Kinky Beat. Además de trabajar con su nueva banda, seguía profundizando en el aprendizaje del manejo de las mesas de mezclas y creaba instrumentales de atmósfera dub que me iba enviando. Cuando escuché “Soldo dub” me impresionó de tal manera que me animó a coordinar el primer volumen ‘Irun Lion Zion in DUB” (2007), recopilando piezas de amigos a los que nos unía ese punto de encuentro en el que se había convertido la música dub, un espacio liberado, melting pot o crisol en el cruce de caminos que proponía desde Irun».

Cruce de raíles que vuelve a producirse en este segundo volumen grabado en varios estudios, desde Kontrakalea House en Irun a La Panchita, el hogar de Charlat58. La masterización, el proceso delicado final, se realiza en Euridia del barrio de Bolueta en Bilbo. Aquí Ibon Larruzea se ha «convertido en un guru de la masterización del reggae y el dub», afirma Oskar Gastaka, de Electric Bulegoa, y mánager de Akatz, banda de la que Ibon fue miembro fundador.

Muguruza comparte escenario con La Kinky Beat. Gerard y Miryam forman parte de la banda con la que presenta en 2006 el disco grabado en los estudios Tuff Gong de Kingston, “Euskal Herria Jamaika Clash”. Juntos realizan el tema “Milaka bilaka”, y ellos versionan “Itaka berriro”. Fermin les mezcla “I come from” que incluye en el disco “Asthmatic Lion Sound System” (2008).

«Por todo esto, cuando el centro artístico de Barcelona Arts Santa Mónica me invitó a permanecer en residencia durante las primeras tres semanas de la exposición ‘Black is Beltza’, itinerancia de la exhibición que comisioné en Bilbo a finales de 2014 y primeros de 2015, contextualizando la novela gráfica del mismo nombre y mostrando el proceso de su creación, llamé a Gerard para que visitara el espacio conmigo pues se trataba de una pecera enorme con vistas a las ramblas, donde se me antojaba que podíamos establecer un estudio de grabación experimental y provocar distintas texturas musicales invitando a los músicos que participarían en las actividades complementarias que tenía que coordinar alrededor de la expo».

Joni D es un tipo inquieto ligado a la vida musical de Muguruza en Catalunya. Es quien organiza en 1985 el primer concierto de Kortatu en Barcelona y quien coordina la presente sesión internacional de brillantes músicos. «Joni D invitó a varios de los músicos de New Orleans que habían colaborado en mi última aventura discográfica y audiovisual, para poder ensayar un repertorio que después pudiéramos presentar en seis conciertos. Para que todo encajara, Gerard se encargaría de la percusión en esta banda, y así durante las tres semanas que estuve en residencia en el espacio que me ofreció ASM (Arts Santa Mónica), organizamos y coordinamos las actividades paralelas a la expo, ensayamos doce músicos (seis de New Orleans, un catalán, un cubano y cuatro vascos) un repertorio que ofrecimos en directo, y grabamos distintas bases musicales sobre las que fueron colaborando todos los que pasaban por aquel espacio pecera en ebullición constante».

El resultado de las grabaciones, es este volumen II del “Irun Lion Zion in DUB” o “Black is Beltza ASM Sessions”, y que a diferencia del primero, no es un recopilatorio, sino que presenta temas nuevos creados durante esas tres semanas de residencia y una versión del clásico de Radio Futura “La Negra Flor” y “Atl&bs;antiko beltza”, de Calvin Davis.

«Muchos de los que participamos en aquel primer volumen, volvemos a encontrarnos años después; Madjid Fahem guitarrista de Manu Chao [y músico callejero junto a Joan Garriga para no perder la conexión con el barrio, la gente] y compañero en la gira Jai Alai Katumbi Express, Miryam “Matah”, Willy Fuego, Amparo Sánchez o el propio Gerard. Colaboran también nuevos cómplices de viaje que he ido conociendo en estos años como el sector neorleano, los japoneses de Tex&Sun Flower Seed con los que me presenté en el Esperanzah Festival de 2015, el jamaicano Skarra Mucci, los argelinos Yacine y Amel Zen, Joan Garriga de La Troba Kung-Fu, o Víctor Navarrete, bajista cubano que me acompaña desde hace ya 10 años en mis diferentes proyectos. Pero también abrimos el micrófono a una nueva generación de músicos que conectan con esa idea del encuentro musical, del aprendizaje a través de la colaboración, de generar espacios de encuentro que provoquen redes de comunicación, que crean comunidad, como Sr Wilson [gran voz], el grupo Green Valley [Gazteiz], Makady y las raperas que participaron en la actividad Akelarre Rap; desde Cataluña, BocadeBaba, desde el País Vasco, Aneguria y la Basu, y desde Palestina Maysa Daw».

Riqueza polimulticultural que converge de forma precisa en un disco donde el dub y el reggase se mezclan con la música negra, donde las diferentes composiciones e invitados convierten el álbum en un ordenado crisol de sensaciones y coherencia musical y emocional. A nosotros nos subyugan todas las intervenciones vocales femeninas, caben destacar las voces de Chrishira Perrier y Amel Zen, pero duele destacar cualquier nombre porque este es un trabajo colectivo de iguales sobresalientes, incluido Muguruza, que ajusta su voz con tanta precisión y tono que en “Baldintzabikoa” interpreta tan redondo como pocas veces le hemos escuchado. No es la única ocasión de templanza y perfección, pero al final el disco es colaborativo y pesa esa dimensión del todo antes que las partes, por mucho que también nos guste destacar a Amparo Sánchez o a La Basu y Aneguria

«Todos aportaron sus textos y yo recuperé palabras de ‘Nazio ibiltaria naiz’ ‘Kolore bizia’, para reclamar la conexión entre el Atlántico negro y la mediterranía, volviendo a reivindicar el color vivo contra el racismo, todos los colores contra la ignorancia. También eché mano del libro ‘Tractatus” de mi amiga y activista feminista Jule Goikoetxea para así requerir la perversión alegre y popular contra lo ‘adecuado’, y advertir que ‘mi ser, aquel que nunca necesitó permiso para ser está en búsqueda y captura’».

Si en la exposición “Black is Beltza” Muguruza reprueba la censura que sufrieron los gigantes negros de la comparsa de San Fermin, al prohibírseles, por la discriminación racial, desfilar por Nueva York en 1965, ahora «las composiciones que armamos durante aquellas semanas tras su inauguración, y que ahora puedes escuchar en este disco, son un canto a la espontaneidad del encuentro, a la celebración de la vida y apología del abrazo, a la libertad de expresión, puro cubismo sónico».